A este paso voy a crear una colección exclusiva sobre el rastro que deja el pegador de FREUD por las calles de Madrid. Me voy a especializar. Pero es que no puedo resistirme a captar las imágenes con mi supermóvil a pilas. Debe de ser la llegada del calor, no sé... Pero este tipo (cuya identidad sigo desconociendo) está últimamente que se sale. Como podéis apreciar en las fotos nos encontramos a Sigmund sobre un cartel pegado en un panel de una tienda de zapatos (P. Vergara) y otra, en la misma avenida... recuperando su estatus -en bici- en las clásicas señales urbanas.
No serán las últimas; en los próximos días seguiré capturando más momentos como éste. La calle es una jungla de cuadros a priori inconexos, de reflexiones con origen indefinido y de colores para todos los gustos y tendencias. Y ahora al diván.
Y esta última foto nada tiene que ver, o quizá sí. Es interior. La tenía perdida en la memoria del mismo soporte telefónico y la hice en un lugar donde la tecnología punta convive con la clásica... Ya lo véis. Un mundo nuevo, yo en medio, y el que se jubila y va quedando atrás están tan cerca que uno no sabe qué número teclear para entender el porqué de algunas cosas. Cosas como el futuro inmediato, el presente lejano o el pretérito pluscuanperfecto callejero-freudiano. C'est La Vie .
Salud!
Comentarios
En cualquier caso, gracias por tu poético comentario.