Comía judías crudas y se bebía hasta el agua de los… camareros. Julio ya no figuraba en las portadas de las revistas musicales ni en los fanzines malasañeros. Lo único que quería era destruirse. Cuando una buena amiga, harta de su autodestrucción, le planteó ¿Por qué no te pegas un tiro en los huevos? Él pensó en el suicidio. Se le ocurrió comprar un ataúd, meterse en él y tragarse un bote entero de pastillas… Vamos, planificarlo todo para no ensuciar la escena y ponérselo fácil a quien se encontrara con el cuadro mortuorio. Pero enseguida lo descartó… por pereza fundamentalmente.
La noche del martes se puso a ver OT y recordó sus años de gloria sobre los escenarios festivaleros. Había sido un cantante muy famoso en los 90, en la época grunge. Ahora nadie le recordaba. El declive comenzó tras actuar en un concierto junto a otro “alternativo” llamado Macago en tus muelas. Parece que sus fans no entendieron esa asociación y le dieron de lado. Dos triunfitos interpretaron Smells Like Teen Spirit. Destrozaron tanto la canción de Nirvana que a Julio le pasó factura. Y más le dolió comprobar que aquellos niñatos ni siquiera conocían a Kurt Cobain… y mucho menos a Peral Jam o Faith No More. Esa noche tocó fondo.
El odio y el desprecio brotó con tanta fuerza que se puso de acuerdo con uno de los personajes que más detestaba de la tele: Risto Mejide. Y comprobar que compartía los comentarios que hacía el publicista más mediático del momento, le hundió más aún. Reconoció la derrota consigo mismo y con el mundo y decidió hacerse legionario de Risto.
Me cuentan que –completamente lúcido- intentó entrar en los estudios de OT con una camiseta con el lema: Soy legionario de Risto, que os den a todos.
La noche del martes se puso a ver OT y recordó sus años de gloria sobre los escenarios festivaleros. Había sido un cantante muy famoso en los 90, en la época grunge. Ahora nadie le recordaba. El declive comenzó tras actuar en un concierto junto a otro “alternativo” llamado Macago en tus muelas. Parece que sus fans no entendieron esa asociación y le dieron de lado. Dos triunfitos interpretaron Smells Like Teen Spirit. Destrozaron tanto la canción de Nirvana que a Julio le pasó factura. Y más le dolió comprobar que aquellos niñatos ni siquiera conocían a Kurt Cobain… y mucho menos a Peral Jam o Faith No More. Esa noche tocó fondo.
El odio y el desprecio brotó con tanta fuerza que se puso de acuerdo con uno de los personajes que más detestaba de la tele: Risto Mejide. Y comprobar que compartía los comentarios que hacía el publicista más mediático del momento, le hundió más aún. Reconoció la derrota consigo mismo y con el mundo y decidió hacerse legionario de Risto.
Me cuentan que –completamente lúcido- intentó entrar en los estudios de OT con una camiseta con el lema: Soy legionario de Risto, que os den a todos.
Comentarios
Habría que continuar siguiendo su trayectoria un tiempo mas ¿no te parece?
Saludos
Eva