Bob Dylan no quiso fotógrafos en su concierto de anoche; en
la plaza de Colón aún se pueden apreciar los vestigios de la
resaca del domingo; y
Zapatero prevé que la economía española crezca
menos del 2%. La cosa más o menos está así, y
Bruno se lo cuenta al interlocutor. Va por la calle atento a su llamada, con la mano derecha muy pegada a la oreja izquierda. Pero su ojo derecho, que parece desmarcarse de
la simetría común de los seres humanos, mira lo que pasa en el resto del mundo.
El kioskero pasa a su lado, con prisa, y le dice a Bruno, en plan jocoso: “
A ver si compras un móvil de una vez, pirao”. Yo sigo de cerca la situación, no entiendo
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHI2UeHA7eJ2qJ3Lcc1vhb7Wmp6JL_mC1OZqe-bR0anMqOoYoQpvzo8KUL2pxa7Xo38woG_k4id1yGZ3KOt1kwybCBzviGGwSlTNk3Xb_74LJRJDOTLYorW0EBBTOqobANlRYg/s320/movilpsicosis4.jpg)
nada. Sigue hablando airadamente, se queja de que no ha recibido la paga y que se pasa los 400 euros del Gobierno por el forro… que a él no se lo dan.
¿Por qué? Me pregunto y sigo sus andanzas. Soy un desgraciado, grita.
Se cruza con Mari, la panadera, que le dice algo parecido a la frase del kioskero. Bruno le dedica un gesto despectivo y sigue a lo suyo.
Bruno tiene unos 40 años, viste de marca y lleva un pañuelo blanco colgando del bolsillo derecho trasero. Se sigue quejando. En una pantalla de un escaparate está
Rajoy hablando con muchos micros
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVnvh05ILCF3UgkBsymtN834ALBTaQvZi68dx4c9zyBEqLJPuKo4CaGGdCzM8tDte9so_4nmOmy5dI1ueo4OXHxPpUaDZGbzR-QuKS81PmNXeKTwhrYkIDDmpNmM2ZkaYOBff6/s320/frankenstein.jpg)
delante. De pronto, se le acerca una señora mayor y le dice: “¿Quieres venir ya a comer?”.
Bruno despega la mano de su oreja y cuál es mi sorpresa cuando descubro que no tiene teléfono. La señora es su madre. Se va y le deja ahí.
David, un niño de unos 13 años le pregunta a Bruno: “¿Por qué no te compras un móvil de una vez?”, y Bruno le contesta que su madre no le deja, que hace más de dos semanas que no le da la paga…
Me suena el teléfono y una voz misteriosa robótica me dice: “A continuación procedemos a hacerle unas preguntas… ¿Está contento con su banco?”. Hasta aquí puedo leer.
Comentarios
Por cierto, el protagonista de tu historia... ¿cuánto paga al mes y con qué compañía?
En este caso me sent� como cuando un camarero no te hace caso, fatal, pero me fu� a dormir y so�ar con Casimiro y su m�vil.