Y de nuevo ha vuelto a actuar. Hacía ya un par de meses que no veía por el barrio una ‘obra’ nueva. Pero el pegador freudiano ha querido estampar su mensaje en otra fachada. Ahora lo ha hecho en la puerta de un establecimiento especializado -qué ironía- en reformas, como podéis observar en la foto (tomada el viernes 18 de julio, qué fecha tan dura, por cierto).
Parece que el verano lleva implícita la palabra catarsis. Tiene su sentido, ruptura del ritmo cotidiano, cambios próximos, calor, agotamiento lógico, paro, crisis, conciertos por doquier, rebajas, medusas, la visita obligada al dentista, fresas salvajes, despedidas y cierres de series de tv, subidas de la luz, diesel igualado a gasolina en precio, cursos de verano, De Juanas y otros bichardos trompeteros como moscas cojoneras dando la nota, fibers y obras… obras en interiores, en exteriores y en todo espacio que se precie. En fin, un buen surtido catártico.
Y yo, sin conocer aún la identidad del pegador freudiano. Es la hora… hasta mañana.
Salud!
Parece que el verano lleva implícita la palabra catarsis. Tiene su sentido, ruptura del ritmo cotidiano, cambios próximos, calor, agotamiento lógico, paro, crisis, conciertos por doquier, rebajas, medusas, la visita obligada al dentista, fresas salvajes, despedidas y cierres de series de tv, subidas de la luz, diesel igualado a gasolina en precio, cursos de verano, De Juanas y otros bichardos trompeteros como moscas cojoneras dando la nota, fibers y obras… obras en interiores, en exteriores y en todo espacio que se precie. En fin, un buen surtido catártico.
Y yo, sin conocer aún la identidad del pegador freudiano. Es la hora… hasta mañana.
Salud!
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