Por Fabio Carabeo
Iba a cruzar la calle cuando me di cuenta de que a mi izquierda, algo más adelantada, estaba la versión de “Baby Jane” Hudson en Rojo Caperucita. La podéis ver en la foto. Sola, completamente sola hablaba; exclamaba y ponía el grito en el cielo a golpe de exabruptos. ¡Así no es, así no es… Me has dejado tirada, hijo de puta! ¡Me lo robaste todo, me dejaste en la calle, me dejaste en la calle, me lo robaste todo! ¡Yo te lo di todo, yo te lo di todo! ¡Me dejaste tirada en la calle! Eres un canalla.
Lógicamente me acordé de Casimiro. Esa difunta e imprescindible figura del barrio. Un tipo cuya cordura un día dijo basta y le abandonó a su suerte. Hablaba solo… sólo hablaba. Dejó de escuchar. Lo que me recuerda también, por cierto, que hace más de cinco meses que no sé nada de Marcelo, su hijo… y me dejó a medias con la historia de las cartas de Kandisky.
Caperucita Baby Jane se perdió por el horizonte de Príncipe de Vergara (Madrid) y yo me metí de lleno en mis cosas. Ahora me doy cuenta de que llevo tres meses metido en mis cosas. Mucho. No sé si ya he salido, pero al menos he logrado sacar la nariz. Lo sé porque me está llegando un interesante aroma a madera y grosella… Es tempranillo aún, pero ya puedo visualizar la cena del próximo viernes.
Iba a cruzar la calle cuando me di cuenta de que a mi izquierda, algo más adelantada, estaba la versión de “Baby Jane” Hudson en Rojo Caperucita. La podéis ver en la foto. Sola, completamente sola hablaba; exclamaba y ponía el grito en el cielo a golpe de exabruptos. ¡Así no es, así no es… Me has dejado tirada, hijo de puta! ¡Me lo robaste todo, me dejaste en la calle, me dejaste en la calle, me lo robaste todo! ¡Yo te lo di todo, yo te lo di todo! ¡Me dejaste tirada en la calle! Eres un canalla.
Lógicamente me acordé de Casimiro. Esa difunta e imprescindible figura del barrio. Un tipo cuya cordura un día dijo basta y le abandonó a su suerte. Hablaba solo… sólo hablaba. Dejó de escuchar. Lo que me recuerda también, por cierto, que hace más de cinco meses que no sé nada de Marcelo, su hijo… y me dejó a medias con la historia de las cartas de Kandisky.
Caperucita Baby Jane se perdió por el horizonte de Príncipe de Vergara (Madrid) y yo me metí de lleno en mis cosas. Ahora me doy cuenta de que llevo tres meses metido en mis cosas. Mucho. No sé si ya he salido, pero al menos he logrado sacar la nariz. Lo sé porque me está llegando un interesante aroma a madera y grosella… Es tempranillo aún, pero ya puedo visualizar la cena del próximo viernes.
CON CARIÑO: Este post está dedicado a Porlo Bajini y a todo aquel que necesita apartar al/la de delante para ponerse él/ella y no precisamente para protegerle/la del golpe; a todo aquel/lla que dice ser progre y al mismo tiempo es capaz de encerrar en segunda fila a otro/a conductor/a sin pudor; a todos aquellos que se preocupan por los demás ante los demás y los escupen de puertas para dentro.
Salud mental!
Salud mental!
Comentarios
isabel
P.D: genial estos post 4 en 1, sobre todo para los lectores recientes.
Firmado/a: avestruz
Fdo.: Ave Struz.