Ir al contenido principal

¡SALUD, PICHÍN!

Hasta la próxima Temporada, Mateo. Ha sido un placer disfrutar de esta 'versión' a la española de Doctor en Alaska. Mucho más austera evidentemente, pero con sello y encanto propio muy marcado. Su cebo principal: Gonzalo Castro, del que -como me imagino que les pasa a millones de televidentes- soy fan desde su nacimiento como actor en 7Vidas... El segundo gancho -a mi jucio- es la voz de Carol (Lulú Palomares) como hilo conductor, que avanza o comenta por radio las novedades/cotilleos de San Martín del Sella (Lastres, Asturias); un Chris de la mañana (K-OSO, Cicely, Alaska) muy particular... y asturiana.

¿Se podría decir, por cierto, que el origen de Pichín y su séquito asturiano se encuentra en aquella mítica sitcom? Gran parte del equipo de Notro, hizo sus pinitos en Globomedia, así que (haciendo este vago resumen) creo que sí, que Doctor Mateo tiene 7 vidas por sus venas. Y espero que unas cuantas más. El gran acierto y riesgo ha sido meterle ese cambio de registro: de patosillo -y eterno cómico- amante de Carlota (Blanca Portillo) a cínico, austero, antipático y poco locuaz Médico de familia en San Martín del Sella.

Me quedo con una trama muy interesante del capítulo 6 (De lo que pasó con Elvis, David Bowie y Bustamante): Los padres de Mateo aparecen de pronto en el pueblo. El padre es un gilipollas prepotente que se cree mejor que nadie; la madre, aparentemente tiene una depresión de caballo que amortigua, mínimo, con Prozak. Pero la realidad es que el padre está arruinado, por una pésima inversión inmobiliaria y la madre quiere abandonarle para irse con otro. El Prozak, al final, es el padre quien lo consume. Y la madre, en una conversación con Mateo, le confiesa que él es el culpable de la decadente relación. “Desde que naciste empezaron los problemas”. Hasta entonces vivían una vida de lujos y pasión sexual. Gran giro del capítulo. Ya sabemos que toda comedia simpática encierra un drama.

Por lo demás, un acertadísimo reparto. Aunque típica, se hace necesaria -creo yo- la tensión sexual entre Mateo y Adriana (Natalia Verbeke). ¡Brillantes son las reflexiones de Alfredo (Alex O'Dogherty), ese poli local que todo lo analiza! Enhorabuena al equipo y espero que vuelvan muy pronto. Por cierto, igual habría que hacer un documental paralelo sobre la realidad sobrevenida en Lastres tras la creación de la serie. Ah, y otro acierto más: los ZATS, esos Zeno And The Stoic que ponen su Elixir musical a la genial cabecera de la serie.

Salud!

*Imagen superior: López de arenosa (La Nueva España)

Comentarios

Silvia MV. ha dicho que…
A mí me enganchó desde el principio el pichín.

¿Y la cabecera de serie, que me cuentas? un 10.
capitán garfio ha dicho que…
A nosotros también nos enganchó desde el principio,le doy un 10 a la serie,bien por la cadena,porque es de lo poco que merece la pena.
Un saludo..capi

Entradas populares de este blog

El verbo y el tren coloquial

Estación de Atocha, Madrid. Enero 2016 Esperaba subirse a un verbo que le llevara lejos. Lejos del último adjetivo que le arrastró hasta el reverso del suelo que pisaba. La mente en blanco y un mapa por recomponer, una geografía por reubicar. La frase de su amiga fue letal. Cada letra iba cargada con verdades que ni él mismo había valorado. Las comas, las pausas, los silencios y lo malditos puntos suspensivos quemaban. Así esperaba ese vehículo redentor. Inquieto, teneroso, tembloroso, entusiasta del desaliento, sabedor de sus miserias, conocedor accidental de las verdades que le dan cuerpo a la mente... ...Y en su maleta tan sólo llevaba un verso contagioso que no escribió. Un texto que recibió por azar de un sueño a través de un diálogo que no sabe cómo empezó pero sí adónde le llevaba.  El murmullo del vagón susurraba desde el fondo del plano. Podía oler el reflejo de su escapada. Imaginaba una huída para empezar, no de cero, pero sí desde un quiebro de sí mismo. Enrai

Idas y venidas por una mala salida

 Viéndolas venir me dieron en toda la cara. Una a una, las idas y venidas de años anteriores (y una del que entra) fueron golpeándome repetidamente hasta que pronuncié la palabra requerida: "Perdón". Las idas reclamaban un sitio concreto al que llegar; las venidas, más dimensiones. La correspondiente a 2021 era ida y estaba algo más perdida. Lo más difícil para mí fue darme cuenta de que tenía la responsabilidad de ubicarlas. Lo supe por una mala salida de otra persona hacia mí. Ésta, la mala salida, me advirtió -poco antes de abofetearme por izquierda y derecha con la mano abierta- de que debía organizarlas. ¿Cómo? pregunté. Viéndolas venir, exclamó. Así que tras pedir disculpas y tomar la firme decisión de implicarme en la búsqueda de lugares y dimensiones, todo empieza. A ver...

En tela de juicio bajo tierra

Me echan monedas... ¡hasta billetes de 10 y 50€! Voy arreglado, sólo estoy algo mareado y sentado en el suelo del metro por no poder sostenerme en pie. Soy abogado , pero no puedo pararles y decirles que no necesito su dinero. No me sale la voz. Estoy preso  en este pasillo... Bloqueado, encerrado y cubierto por aquella tela de juicio que usaba mi padre para tejer el amor hacia mi madre, la gran fiscal en estado permanente (somos 15 hermanos). La superficie de mi maletín tumbado se ha deprimido por la gravedad del dinero... Y no para de hundirse. Yo, mientras tanto, sigo sin saber qué razón inmaterial me impide levantar la cabeza y erguirme como Dios siempre me indicó. Empiezo a detestar el sonido del dinero, la caridad... No puedo defenderme de este ataque absurdo. No sé si me miran mientras tiran su circulante. ¡Nos sabéis lo que llevo en el maletín, desgraciados, no lo sabéis! ¡Con estos papeles sabríais lo fácil que me resultaría hundir vuestros culos en la miseria. Por fin co