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EL CASO ENTRECOMILLAS

Dentro de cinco minutos va a entrar por la puerta su primer cliente: Herme Fado da Bola*. Lo ha dejado todo por investigar a su modo. Está tan convencido de su valía que no tiene miedo alguno al fracaso. Manuel Ed Fracaso entra por la puerta cuatro minutos antes de lo previsto. Tenso, pero calmado; inquieto pero seguro de haber entrado al lugar adecuado. Da pasos firmes y no tiembla.

-Núñez Entrecomillas** es mi jefe. Me imagino que sabes de sobra quién es...

-De sobra, sí... Para no saberlo. Pero antes de que siga, déjeme que le interrumpa un instante, porque me gustaría saber por qué ha acudido a mí. No soy detective privado, ni policía, sino periodista de investigación a sueldo...

-No me llames de usted, por favor... Yo no lo hago. Mira, no me fíaría de un detective; tampoco de los periodistas, pero uno que se ofrece a investigar al mejor... mecenas -digámoslo así- cuanto menos eres original y me inspiras confianza. Además, te sigo desde Internet desde hace mucho y observo que sacas mierda hasta de debajo de la mierda. Ves donde otros no ven, es más... una vez, hasta me investigaste a mí, sin querer, pero eso es otra historia que si fructifica este trato que te propongo te contaré.

Herme, aunque seguro de sí mismo, necesita el trato y el dinero. Además, le tiene ganas a Entrecomillas desde hace años. Así que pone cara de póker y tira pa'lante. Manuel Ed Fracaso le cuenta que lleva mucho tiempo sospechando de su jefe. Trabajan en una empresa adscrita (o de tapadillo) a una asociación defensora de un tipo de derechos (no puedo dar más detalles... me lo pide Herme). Entrecomillas es un tipo muy bien conectado con las grandes cúpulas políticas. Una mañana, Manuel tuvo que ir a hacer una gestión para él y en uno de los folletos que llevaba (sin preguntar) bajo el brazo descubrió una frase extraña: "Cambia una coma y dos puntos, más el título y la obra es tuya"; y al final un "total" y séis cifras...

No tenía tiempo para investigar, sin embargo esa pista le llevó a otra y ésta a otra más y así hasta que se hizo con un buen arsenal de documentos que probaban chantajes, connivencias varias, delitos de tinta china y robos de ideas a Mansalva (un cabeza de turco). Entrecomillas se enteró de los descubrimientos de Manuel y mandó a dos sicarios más un bedel a 'borrarle' el disco duro. Le dieron una paliza, se llevaron su CPU y le ataron a una silla frente a un radio CD con la intención de sacarle todo lo que sabía; así que pusieron un CD de Enya a menos revoluciones de lo normal. No pudo resistir la tortura, lo cantó todo.

Al día siguiente Ed Fracaso volvió a trabajar como si nada y con luz de gas en el rostro, sin magulladuras (los matones y el bedel eran muy buenos en su trabajo). Se hizo el loco y Entrecomillas, muy cínico, se interesó por su "mirada algo triste". Ed Fracaso sonrió y, más cínico, pidió una reducción de sueldo por no merecer estar en una entidad de tanta altura. Ambos se rieron con falsedad y alegría, y siguieron con sus jornadas. Pero esa misma mañana decidió recurrir a los servicios de ese astuto periodista cínico y descreído llamado Herme Fado da Bola.

Sabía que si le planteaba el caso, querría ir hasta el final; y no sólo por el dinero, sino por su propia tendencia. Ante Entrecomillas que -además de ser un grandísimo hijo de puta- saca punta a todo el que le haga sombra o le plante un "pero" delante de su camino, Herme no se podría resistir. Y no se equivocó, pronto empezó a tirar del hilo.

Descubrió, entre otras cosas, que Entrecomillas presidía una sociedad secreta con un negocio curioso: cobrar una pasta a las compañías para colocar los cds y dvds de sus cantantes, grupos o películas en la primera línea de los top manta. Controla sobre todo Madrid, Barcelona y Bilbao. El resto va a medias con magnate venido a más llamado Little Raimon...

Además, llevaba una red de prostitución y karaoke para fiestas de lujo; un negocio de palillos para los dientes tallados con letras chinas; una comunidad de p2p que intercambia fotos y vídeos de María Ostiz y Los Juncos; es el puente con Venzuela de venta de pañales conductistas (van aleccionando al bebé desde sus primeros pises)... Vamos, todo un perla.

Cuando cerró su reportaje, Manuel pagó la cantidad estipulada (sólo sé que son 6 cifras) y lo filtró a los dos grandes medios: El Telégrafo y El Enfriador. Entrecomillas hoy está en chirona y Manuel ha desaparecido del mapa. Y quedan dos preguntas por contestar: ¿De dónde sacó la pasta para pagar a Fado Da Bola? y ¿Cuándo y por qué investigó éste a Manuel? Herme, de momento no quiere saber nada más... ha recibido su primer ingreso y ya tiene otro cliente a la vista. Sólo sé sus iniciales, no me ha contado más: TF.

FIN (y seguido)
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*Herme Fado Da Bola es un tipo, y no menos periodista, poco valorado en su trabajo (Diario El Telégrafo), pero figura inprescindible en los pequeños, medianos y grandes círculos periodísticos de Internet. Lo que más le caracteriza (y por lo que más llamó la atención de Ed Fracaso) es mala hostia a la hora de sacar punta a aquellos que sacan punta a todo por norma; incluídos colegas de profesión. Además, siempre va hasta el final de un caso abierto... incluso cuando ya no se habla de él. Por este motivo le despidieron de El Telégrafo y acabó abriendo su despacho de "periodista a sueldo".

**Núñez Entrecomillas es hombre de confianza del Gobierno de turno y de los círculos culturales (los más mediáticos). Es un pez gordo, un tiburón que cuenta con demasiado prestigio. Se le atribuyen méritos ajenos. Es un experto en detectar ideas brillantes para ejecutarlas como propias. Huraño como pocos y como un dandi con lamparones.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¿que no sabes muy bien cómo continúa?, jajaja, esto huele a que nos tienes toda la semana intrigados con el caso entrecomillas!

isabel

P.D: yo desde pequeñita siempre quise escribir un plagio.
Dani Seseña ha dicho que…
No, me acana de llamar Herme y me ha informado de 'todo'. Compondré los datos y mañana esta historia estará cerrada.

Yo me animaría con el plagio!
Anónimo ha dicho que…
Pues sí, un día me animo, que tengo varias comas por ahí, algún punto y coma y 2 ó 3 títulos. Pero que no se entere Herme, que me empapela.
Anónimo ha dicho que…
Genial lo del plagio, me ha hecho acordarme de que yo desde pequeñita siempre quise escribir uno.
Firmado: Oigalp.

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