Tras el experimento dietético de ayer, no me queda otra que dar vida a un personaje de Armas Tomar (pedanía ubicada entre el Valle del Jerte y Osaka): Justino Alivio Local, quien se ha puesto en contacto conmigo recientemente para contarme una historia terrible… ¡Dramática! Y aunque sigo sin entender, en medio de un áspero estremecimiento, por qué narices me cuenta a mí esta película, me limitaré a compartir la información.
Justino Alivio Local
...Nació en Roma un 11 de junio de 1971. Con 11 años se hizo del Madrid y se trasladó a Móstoles con sus padres. Con 13 leyó La Metamorfosis, con 15 La Nausea. A los 17 perdió la virginidad con Soraya Zonal (Cuenca, 1967) y a los 19 escuchó la canción del Zapato Veloz: Tengo un tractor amarillo (con espasmódica repercusión interior que le llevó a sufrir un colapso… local). Estudió Ciencias Modestas en la Oscuridad en la Universidad de Algete Alto. Y ahora, casado con Croquetilla (viene de Remedios) Martínez Zarajo está al borde del suicidio.
Un día vendió su alma al Diablo, encarnado en Gutiérrez Ángulo Recto –el vendedor de melones-. Era un día soleado y la transacción la realizó tras descubrir que Croquetilla le engañaba con un vecino ocioso. Gutiérrez la compró al peso (desconozco lo tasado) y le prometió una perenne juventud. A los pocos días se enteró de que su mujer no sólo no le engañaba, sino que estaba cuidando a escondidas a Javier Óptico Pulsera… ¡Atención! Su hermano secreto.
Cuando se enteró, casi le da algo. Buscó a Gutiérrez Ángulo por todas partes, para romper el contrato de los demonios, pero el puesto de melones había desaparecido. En su lugar apareció una pintada en el suelo que ‘rezaba’: “Ojito con lo que pisas, joputa, a dos pasos tienes el infierno para ti solito”. Sin puesto y con su vida al servicio del maligno melonero, Alivio Local me escribe para contarme que lleva tres años aceptando su realidad. Por la noche hace el mal y durante el día no sabe si hace mal en no aceptarlo. Con esposa y hermano secreto lo lleva como puede. Pero “es lo que hay”… apostilla.
Salud!
Comentarios
¿Que esperaba ese iluso? Claro, se hizo del Madrid y pensó que su vida seria en Blanco y Rosa.
Como ser humano (que también soy), me enternece la historia y le recomendaría ponerse en contacto con otra gente en su situación (los que "Por la noche hacen el mal y durante el día no saben si hacen mal en no aceptarlo"), al menos para pasarlo acompañado.
¡Las vueltas que da la vida!
Soy el padre de Soraya Zonal y conocí a Justino Alivio cuando le devolví lo que había perdido en el cuarto de mi Soraya. Yo soy así... y ahora ese pobre muchacho ¡tiene un cuñado secreto! Con lo majo que era.
Firmado: Juan Zonal