Ir al contenido principal

EL NOMBRE DE LA COSA

Estaba leyendo noticias y posts cuando me encuentro con ello en El Mundo: El 'Estu' hipoteca su nombre.

Una muestra más de que
el hambre agudiza el ingenio. El Estudiantes necesitaba dinero (…) pero carece de activos tangibles. No sirven los jugadores como garantía y la entidad carece de propiedades que comprometer. Instalados en el laberinto, se encontró una salida original: conceder el préstamo a cambio de hipotecar la marca Estudiantes, una solución casi sin precedentes. El martes firmó un préstamo de 1,3 millones concedido por Cajamadrid (…) la marca Estudiantes está valorada en algo más de 12 millones de euros…

Por supuesto a día de hoy sigo preguntándome ¿Papá, por qué soy del Atleti? O ¿Por qué soy del Estu? Esas eternas cuestiones sin respuesta racional posible. Pero ahora me planteo una cosa más: ¿No será un problema adquirido por no haber tasado mi nombre adecuadamente? Esta noche volveré a ver El nombre de la Rosa y seguiré comiéndome el tarro, mientras Atleti y Estu siguen en la delgada línea floja que sostiene al pronombre personal.

Salud!

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Yo soy antimadridista porque lo era mi abuelo
Juana ha dicho que…
"El nombre de la rosa" o el pecado de reirse.
Mi hija me decía el otro día "tú crees en la reencarnación porque tienes miedo a la muerte" a lo cual le contesté:
"¿no crees que es posible que los que no se lo creen, tengan más miedo, por ejemplo, a haber sido del madrid, cuando ahora lo odian, o a haber sido una mujer, o un hombre, o un mosquito, o una araña (de esas que tanto asco te dan) o un judio, o un musulman, o un periodista, o un político o ........ busca lo que más odies e imagínatelo?"
Anónimo ha dicho que…
A mi me da verguenza haber nacido en el franquismo. El periodo más sanguinario y ridículo que pueda imaginar un pais. Y me da miedo todo lo que aún debo llevar impregnado. Como cuando se sale del parking de Santa Ana (Madrid) rodeado de un halo de orines y vómitos de nuestros queridos botelloneros propios y forasteros.
Fdo: "Hasidoelgordo"
Anónimo ha dicho que…
yo también queria un préstamo por mi nombre, me lo tasaron por lo alto, pero aún así los de la hipoteca me dicen que no, que si bien tiene un cierto estilo asociado, se acaba viendo borroso (o borrado, que no cumple los requisitos para convertirse en marca, vaya.



P.D: si no veis la firma será que ya se ha borrado
La Zapateta ha dicho que…
A mi en el banco me han dicho que me darían el préstamo al euribor más 0.5 puntos porcentuales, o sea un 2%, pero que, como el director de la sucursal se llama como yo (La Zapateta) pues no pueden bajar del 51% de interés. Les he dicho que se metan mi nombre y los nombres de todos los empleados del Corte Inglés por donde les quepa, que ya no necesito el préstamo. Total, el dinero era para poner una tienda de Fresquitos...
Miguel Ángel Pegarz ha dicho que…
Uff como anda mi ESTU.
Yo voy a ver si me entero de como se hace que mi nombre valga tanto y nos salvamos los dos.
Anónimo ha dicho que…
Me gustaría decirle a Nómino algo para ayudarle y solo se me ocurre que vaya a Nimo (Hopeland).

Entradas populares de este blog

El verbo y el tren coloquial

Estación de Atocha, Madrid. Enero 2016 Esperaba subirse a un verbo que le llevara lejos. Lejos del último adjetivo que le arrastró hasta el reverso del suelo que pisaba. La mente en blanco y un mapa por recomponer, una geografía por reubicar. La frase de su amiga fue letal. Cada letra iba cargada con verdades que ni él mismo había valorado. Las comas, las pausas, los silencios y lo malditos puntos suspensivos quemaban. Así esperaba ese vehículo redentor. Inquieto, teneroso, tembloroso, entusiasta del desaliento, sabedor de sus miserias, conocedor accidental de las verdades que le dan cuerpo a la mente... ...Y en su maleta tan sólo llevaba un verso contagioso que no escribió. Un texto que recibió por azar de un sueño a través de un diálogo que no sabe cómo empezó pero sí adónde le llevaba.  El murmullo del vagón susurraba desde el fondo del plano. Podía oler el reflejo de su escapada. Imaginaba una huída para empezar, no de cero, pero sí desde un quiebro de sí mismo. Enrai

Las palabras se las lleva Twitter

Apenas estaba digiriendo una información -con alta carga de valor- cuando un tuit la bajó de golpe muro abajo. Intenté seguirla, pero no paraba de caer al foso; y durante el imparable descenso iba olvidando el cuerpo de la noticia que me había llamado la atención. Finalmente renuncié y volví a lo más alto del muro de nuevo, con la esperanza de leer algo interesante, entonces un hilo que sostenía al texto en extinción entró en escena. Intenté seguirlo pero poco duró su vigencia. Una vez más la gravedad de las redes sociales impuso su fuerza.  El volumen de la ansiedad de la masa social por publicar, por ser viral, por conseguir apoyo de followers, ¡por ser!, por estar, por pintar, pesa y ocupa tanto que la palabra apenas puede sostenerse. De hecho acabo de perder el hilo que me trajo hasta este texto. ¿Habré incorporado la misma gravedad y procesado de ideas? Es posible, porque ya se me está haciendo largo y empiezo a sentir ansiedad por publicarlo y que funcione por sí solo. Pesa

Idas y venidas por una mala salida

 Viéndolas venir me dieron en toda la cara. Una a una, las idas y venidas de años anteriores (y una del que entra) fueron golpeándome repetidamente hasta que pronuncié la palabra requerida: "Perdón". Las idas reclamaban un sitio concreto al que llegar; las venidas, más dimensiones. La correspondiente a 2021 era ida y estaba algo más perdida. Lo más difícil para mí fue darme cuenta de que tenía la responsabilidad de ubicarlas. Lo supe por una mala salida de otra persona hacia mí. Ésta, la mala salida, me advirtió -poco antes de abofetearme por izquierda y derecha con la mano abierta- de que debía organizarlas. ¿Cómo? pregunté. Viéndolas venir, exclamó. Así que tras pedir disculpas y tomar la firme decisión de implicarme en la búsqueda de lugares y dimensiones, todo empieza. A ver...