
Leía en La Información.com que el código de barras acaba de cumplir 35 años... No sé cuánto tardó en gestarse la idea hasta cuajar, pero visto lo visto me alarmé: ¡Soy un año mayor que el código de barras! Me imagino que no tiene mayor relevancia. Tanto o más que cuando te das cuenta de que sacas diez a los mejores jugadores de fútbol, tenis, baloncesto; tanto o más que cuando en la cola de la frutería te dan la vez "de usted"; tanto o más que cuando un quinceañero te llama señor antes de pedirte fuego.
No tengo mucho más que añadir, me saldría una intensa lista de tópicos que no me apetece reproducir. Tampoco deseo terminar pareciéndome a uno de esos anuncios generacionales tipo Minute Maid (totalmente dirigidos a los nacidos a principios de los 70)... Al final, después de leer sobre el cumpleaños del código de barras, me bajé a la calle, entré a comprar unas picotas y al pasar por la caja sonó una música. La dependienta, una veinteañera de Moldavia con acento de Jaén, me estaba enchufando con una pistola láser...
¡¡Es usted el cliente número 1.000 de Frutas Grajo y Garrincha, lo dice su código!!! Me regalaron un Fresquito y me fui tan ancho.
No tengo mucho más que añadir, me saldría una intensa lista de tópicos que no me apetece reproducir. Tampoco deseo terminar pareciéndome a uno de esos anuncios generacionales tipo Minute Maid (totalmente dirigidos a los nacidos a principios de los 70)... Al final, después de leer sobre el cumpleaños del código de barras, me bajé a la calle, entré a comprar unas picotas y al pasar por la caja sonó una música. La dependienta, una veinteañera de Moldavia con acento de Jaén, me estaba enchufando con una pistola láser...
¡¡Es usted el cliente número 1.000 de Frutas Grajo y Garrincha, lo dice su código!!! Me regalaron un Fresquito y me fui tan ancho.
Comentarios
Yo una vez le dejé a un señor (de más de 36) sentarse en el autobus y me dijo: ¿tan mayor parezco?, cuando empiezan a cederte el sitio mal asunto. Desde entonces voy siempre cómodamente sentada y miro para otro lado.
El código de barras e inventos similares han redimido a la humanidad de tareas muy elementales que puede hacer una máquina.
Dejarse el asiento es tarea superior o ayudarse a recoger lo caido al suelo. Ayer, al pagar se me cayó una moneda. Inmediatamente un mocetón enorme se abalanzó para dármela. Le dije, no te molestes; me dijo, "no es nada mi rey" Estoy en Las Palmas. Demos a las máquinas lo que es de ellas y los humanos lo suyo.
Ayudarse a recoger cosas que se caen está muy bien, y mucho mejor si encima te dicen "mi rey". Así da gusto.
Al principio te emocionas porque sabes la respuesta sobre Vickie: "¡Lo sé, lo sé!"
Pero luego, llega el palo. ¡¡Eso no se hace!! ;-)
J.
Estamos en una segunda juventud !!
Primero te tocan el corazoncito y luego... Esto es publiciad "mamporrera"
J.