Si vas por la calle y te ataca un abejonejo, no trates de huír, no corras, no intentes que deponga su actitud, evita malgastar energía en palabrerías... No mires atrás, no pongas cara de pipa ni de pasa, no estornudes con los ojos abiertos (dicen que se te salen), gesticula lo justo, sonríe para adentro, no patines, transpira, ni se te ocurra reflexionar, no intuyas, por supuesto no aplaudas, pero si puedes bostezar hazlo, eso les jode un huevo.
El abeconejo es uno de esos seres que necesita toda tu atención, te ataca, sí, pero con conocimiento de causa, te mira a los ojos, no ignora a su víctima... La respeta y fagocita con ella mientras la devora. Digamos que mata por cariño. Bueno, o por simpatía.
Sin embargo, la mosca trufera, es más jodía'. Ataca por lo bajo, por la espalda, por donde sea, menos por la cara; porque aunque parezca que va de frente, es falso, su artillería pesada la lanza por detrás. El que va de frente de verdad, no necesita atacar, porque ha dialogado antes o te ha matado directamente...
La mosca trufera es peligrosa, presume de transparencia; el incauto se relaja y cuando menos se lo espera se encuentra -no el clásico puñal por la espalda- con cientos de microalfileres clavados debajo de las uñas (pies y manos) llenos de veneno. No te lleva al precipicio, su maestría retorcida hace que el incauto se arroje, bien por potenciar su desesperación latente o bien porque le ha convencido de que es el mejor camino. En definitiva, mata por envidia, por el 'culo veo culo quiero' no resuelto en la adolescencia.
Remedios:
Contra el abejonejo hay una merlemada especial que incita a recapacitar. Sin ella estamos perdidos, sólo se puede intentar ofrecerla un kiwi de Jabugo... su manjar favorito. Y como decía, el bostezo puede darte unos minutos de vida, e incluso ahuyentarla definitivamente.
Para la mosca trufera hay más remedios. Aunque es más dañina, apuntando, abriendo bien la mano y realizando el mismo movimiento que una bofetada (de las de a tiempo)... este bicho recibe tal impacto que se va al hoyo directamente. Y si al mismo tiempo que recibe el golpe gritas "gilipollas" impides su resurrección.
Salud!
El abeconejo es uno de esos seres que necesita toda tu atención, te ataca, sí, pero con conocimiento de causa, te mira a los ojos, no ignora a su víctima... La respeta y fagocita con ella mientras la devora. Digamos que mata por cariño. Bueno, o por simpatía.
Sin embargo, la mosca trufera, es más jodía'. Ataca por lo bajo, por la espalda, por donde sea, menos por la cara; porque aunque parezca que va de frente, es falso, su artillería pesada la lanza por detrás. El que va de frente de verdad, no necesita atacar, porque ha dialogado antes o te ha matado directamente...
La mosca trufera es peligrosa, presume de transparencia; el incauto se relaja y cuando menos se lo espera se encuentra -no el clásico puñal por la espalda- con cientos de microalfileres clavados debajo de las uñas (pies y manos) llenos de veneno. No te lleva al precipicio, su maestría retorcida hace que el incauto se arroje, bien por potenciar su desesperación latente o bien porque le ha convencido de que es el mejor camino. En definitiva, mata por envidia, por el 'culo veo culo quiero' no resuelto en la adolescencia.
Remedios:
Contra el abejonejo hay una merlemada especial que incita a recapacitar. Sin ella estamos perdidos, sólo se puede intentar ofrecerla un kiwi de Jabugo... su manjar favorito. Y como decía, el bostezo puede darte unos minutos de vida, e incluso ahuyentarla definitivamente.
Para la mosca trufera hay más remedios. Aunque es más dañina, apuntando, abriendo bien la mano y realizando el mismo movimiento que una bofetada (de las de a tiempo)... este bicho recibe tal impacto que se va al hoyo directamente. Y si al mismo tiempo que recibe el golpe gritas "gilipollas" impides su resurrección.
Salud!
Comentarios
P.D: espero que amplíes esta enciclopedia de animales urbanos (y no tan urbanos).
Muy bueno. Ya pasé por aquí, pero perdí el enlace por una torpeza. Te enlazo ya mismo :)