Cuando me lo dijo no le creí. Pero decía la verdad. No quería seguirla más el rollo. Se había cansado de ser su muñeco así que la convirtió en muñeca y después en maniquí... Ella aceptó el juego porque consideraba que durante mucho tiempo se había portado demasiado mal con él. Entendiendo "mal" como comportamiento macabro, perverso, incluido solidario, hijoputesco, etc... contradictorio. Y él se sintió vencedor de un juego que nadie había iniciado. Ahora es un tipo mesiánico.
Ayer la hallé desvalida, desnuda, sin recursos; en coma superfluo; caída en lo más bajo que se puede uno dejar caer: en las puertas de una puerta trasera por donde sólo sale el alguacil de la basura; el ejecutor de la mierda; el maestro en fugas de miserias; el inquisidor de bondades; el transportador de mezquinadades... Y en sus manos la dejó sin la posibilidad de redención. ¡Ay, qué tiempos aquellos en las que ella dominaba el territorio doméstico! Se acabó.
Hice la foto por la noche, antes de que vinieran los guardianes de la basura. La gente me miraba con extrañeza; pero nadie la miraba a ella. Sería por rechazo a su realismo o por creer que si la observaban les caería un castigo divino o un impulso interior. Yo sí lo hice, es más la inmortalicé. No pude hacer nada más por ella... y me fui con pena, pensando en su destino. Pero como véis en esta segunda foto, al día siguiente le esperaba un destino peor. La humillación pública. Madrid me mata, pero mantendré mi postura hasta el final, hasta mi propio desguace, la escuché mascullar. Y él, en su confuso trono inexistente sólo mira para el otro lado.
Salud y ojo... al maniquí!
*Las fotos están hechas en la calle Colombia (Madrid). La primera a las 20:30 del 01 de marzo y la segunda el día siguiente a las 7:35 AM.
Ayer la hallé desvalida, desnuda, sin recursos; en coma superfluo; caída en lo más bajo que se puede uno dejar caer: en las puertas de una puerta trasera por donde sólo sale el alguacil de la basura; el ejecutor de la mierda; el maestro en fugas de miserias; el inquisidor de bondades; el transportador de mezquinadades... Y en sus manos la dejó sin la posibilidad de redención. ¡Ay, qué tiempos aquellos en las que ella dominaba el territorio doméstico! Se acabó.
Hice la foto por la noche, antes de que vinieran los guardianes de la basura. La gente me miraba con extrañeza; pero nadie la miraba a ella. Sería por rechazo a su realismo o por creer que si la observaban les caería un castigo divino o un impulso interior. Yo sí lo hice, es más la inmortalicé. No pude hacer nada más por ella... y me fui con pena, pensando en su destino. Pero como véis en esta segunda foto, al día siguiente le esperaba un destino peor. La humillación pública. Madrid me mata, pero mantendré mi postura hasta el final, hasta mi propio desguace, la escuché mascullar. Y él, en su confuso trono inexistente sólo mira para el otro lado.
Salud y ojo... al maniquí!
*Las fotos están hechas en la calle Colombia (Madrid). La primera a las 20:30 del 01 de marzo y la segunda el día siguiente a las 7:35 AM.
Comentarios
"Y él, en su confuso trono inexistente sólo mira para el otro lado."
Si supieses como encaja esa frase en mi día de hoy ....
M.
P.D: a pesar del día gris, en esta gran "historia de mierda” brillan las palabras, como ese brutal coma superfluo.