Cosco Zumbade está en huelga. No ha salido a la calle, no ha desayunado ni tampoco ha pensado; eso ya lo hizo ayer. Está en huelga consigo mismo. Harto de ceder siempre ante su propio chantaje, cansado de artimañas personales sin pudor... Agotado de sentar cátedra por encima de él, Cusco ha parado. Lo único que hace es respirar. Es el servicio mínimo que se ha permitido.
Y bajo mínimos quiere poner su vida desde mañana. Comentaba anoche que su huelga no puede quedar en un golpe de efecto; ha de servir para cambiar las cosas. No es partidario de flagelaciones, más que nada porque resultan inútiles. Así que ahora, mientras no oye, sólo escucha sus tripas, el ruido de su maquinaria, el óxido de un sonido que suena a rayado. Es la constatación de un organismo caótico que funciona creyéndose extremádamente ordenado.
Tiene todo el día por delante y un piquete en forma de uve ante su puerta. ¡Mucha suerte, Cosco! Y si no te sale a la primera, no te preocupes, siempre puedes organizar tus propias primarias... Ya verás como te sale algún contestatario interior, o un retrógrado perdido en el intestino grueso.
Y bajo mínimos quiere poner su vida desde mañana. Comentaba anoche que su huelga no puede quedar en un golpe de efecto; ha de servir para cambiar las cosas. No es partidario de flagelaciones, más que nada porque resultan inútiles. Así que ahora, mientras no oye, sólo escucha sus tripas, el ruido de su maquinaria, el óxido de un sonido que suena a rayado. Es la constatación de un organismo caótico que funciona creyéndose extremádamente ordenado.
Tiene todo el día por delante y un piquete en forma de uve ante su puerta. ¡Mucha suerte, Cosco! Y si no te sale a la primera, no te preocupes, siempre puedes organizar tus propias primarias... Ya verás como te sale algún contestatario interior, o un retrógrado perdido en el intestino grueso.
Comentarios
Y seguro que el no recibe coacciones más allá de las propias para actuar en uno u otro sentido.
Y todo para mostrar mi admiración por ese óxido que sonará a rayado, pero que suena increiblemente bien.
(Y qué buenos esos servicios mínimos y necesarios)
¡Bravo!