Pudo resolver el crimen gracias a dos casualidades. La primera, que una turista con grandes gafas de sol estuviera frente a la escena del crimen y que otra -por no sé qué motivo- le sacara un primer plano en ese mismo momento. La segunda, que aquella foto acabara por azar en la cuenta de Facebook del hermano del sabueso que llevaba el caso. No tardó en identificar el escenario de la foto; lo tenía tan incorporado... Aquellas palmeras de plástico a pleno sol eran inconfundibles.
Parecía una pieza desgajada del álbum de fotos sobre el crimen que había compuesto el detective en su despacho. La turista 1 que hizo la foto a la turista 2 era amiga de un amigo de un primo del hermano del detective. No fue difícil localizarla. Y tras recibir la imagen en alta resolución, el reflejo de las gafas de la turista 1 identificó por completo y sin ambigüedades al asesino. Ninguna de las dos turistas, ni nadie de los que estuvieron delante del crimen fueron conscientes de la escena que tuvieron delante...
... Un cirujano plástico succiona, a través de un apretón de manos, la vida de una paciente satisfecha; no parecía retocada. El reflejo de la lente no deja lugar a dudas, insiste el sabueso. Cuando desvanece está sola. El cirujano, con la vida de su víctima recién extirpada entre sus manos, camina sin prisas hacia atrás. Caso resuelto. Los porqués son caso aparte y un misterio.
*En la imagen: Réplica gigante de las gafas rotas de Salvador Allende. En La Moneda, Santiago de Chile. (AP)
Comentarios
Con tu permiso y aunque sea caso resuelto, yo me quedo intentando ver desde el otro lado de las gafas la cara B de esos que roban vidas tras un contacto más o menos largo.
1- ¿Cuantos capítulos de CSI llevaba encima para sacar pruebas así?
2. ¿A Cher le queda algo de vida o incluso no-vida dentro después de tantos apretones de manos?