
Un caracol avanza hacia abajo por el escaparate de un Wall Street Institute. ¿Será el que lleva la capturadora? En los días de lluvia suelen salir de las jardineras, se pasean por las acera, los más ágiles c

¡Y mira que su baba se cotiza bien hoy! Olvidados, denostados y babeados, los caracoles nos recuerdan que la vida puede digerirse sin prisa, con o sin calma. ¿Pero qué pasa con el amigo del escaparate? ¿Qué nos quiere decir? ¿Será la versión invertebrada de Juan Salvador Gaviota?
Con intención o sin ella, nuestro protagonista se ha salido de sus esquemas, ha partido de su caverna platónica para no ver más pies como sombras, y sí tener su propia perspectiva de la vida desde lo alto y vertical de un instituto de inglés. ¡Olé sus… antenas!
Con intención o sin ella, nuestro protagonista se ha salido de sus esquemas, ha partido de su caverna platónica para no ver más pies como sombras, y sí tener su propia perspectiva de la vida desde lo alto y vertical de un instituto de inglés. ¡Olé sus… antenas!
PD.: A todo esto; al final va mi perra y me ladra: ¡Oye, que estoy aquí! En fin...
*Esta imagen-historia está tomada de la esquina que cruza las calles Costa Rica con Chile.
Comentarios
Bueno, lo que quería decir es que estaría bien que apareciera un caracol con la cara de S. Freud...