Son dos personajes de dar, tomar y echarse a especular. Incompatibles, jamás coinciden y sin embargo se conocen y se quieren como hermanos. En el barrio especulan con que son la misma persona, a la que apodan El hombre que susurra a los berberechos... Razón: portería. El portero, Joaquinete Simpatía, posee una granja de estos simpáticos moluscos que exhibe con orgullo a quien la desee contemplar. No los cría para comérselos, sino por amor al mare (es de origen italiano).
Un mes de marzo de hace tres años, los berberechos dejaron de cantar. Sí, sí, verbo cantar. Joaquinete se deprimió y no sabía qué hacer, hasta que Marcial le pidió que le dejara a solas con ellos. Estuvo doce horas dentro de la granja y al salir no lo hizo él sino Pardo. Joaquinete hizo la vista gorda al comprobar que sus criaturas volvían a cantar. Pero se lo contó días después a Concha Pladur, la vecina del bajo derecha que larga más que Ancha Perdona (la del bajo izquierda)...
Comentarios
isa
También me contaron, quien le ha visto, que ahora mientras migita canta: Un clavel, un rojo clavel, un clavel, a la orilla de tu boca....
Dr. Klint
Viajando se ven muchas cosas...
El increible URL