Ir al contenido principal

DE LA IDEA AL MATERIAL

Qué se puede decir que no se vea. Un día, una noche o una tarde a alguien se le ocurre escribir una historia, convertirla en novela, guión, en película... en Saga. Y después hacer Historia. Y una noche cualquiera, en un escaparate cualquiera me encuentro con ello. Una de las escenas más emblemáticas de Star Wars inmortalizada en una estatuilla (valorada en 250 euros).

Lo 'mejor' de todo... Casí me la compro!! Pero miremos más allá. ¿Qué vemos? ¡¡El nazi de En busca del arca perdida enseñando la mano marcada por el medallón incandescente que muestra el camino hacia el Arca de la Alianza, erróneo porque le falta la otra cara!!!

Se me ocurre patentar a Casimiro hablando sólo por las calles de Madrid o al Turco matando a Martínez por error. ¿Qué me decís? ¿Y de qué material podrían ser?

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¿si lo patentas tendremos que pagar cada vez que pongamos Casi… en un comentario?.
Respecto al material, lo primero que he pensado es en hueso de aceituna, piel de cebolla o algún fruto seco, que duran mucho, pero creo que al final harían de las suyas y desaparecerían con la magia propia de tus personajes. Eso sí, dejando un rastro muy especial con cada capa que se fueran quitando.

Fdo: una coleccionista de ficción

P.D: creo que también hay un material invisible que da muy buenos resultados, por cierto.
Miguel Ángel Pegarz ha dicho que…
Me viene a la cabeza una escena de la película Cocktail en la que Tom Cruise - Flanagan le dice al otro protagonista (ni idea de quién es el actor ni el personaje)que el idiota que se le ocurrió el plastiquito de los cordones de las deportivas seguro que era millonario, sólo tienes que tener una idea por tonta que nadie haya tenido antes... Igual...
Dani Seseña ha dicho que…
Y con ese material, el invisible nos quedamos, no? Aquí parece, que puede más el tirón de la sublimación... E incluso el de los personajes y sus cosificaciones, que la conversión en adornos de vinilo o grafito. Pues oído cocina,Coleccionista!

Qué buena secuencia, Cyber! Me alegro de que Lord Vader trascienda más allá incluso de nichos blogueros como éste.
Anónimo ha dicho que…
No se de qué material podrían ser tus patentes, pero sé que podrías dar el salto a la novela, un libro con tus personajes...¿para cuando Seseña?
Dani Seseña ha dicho que…
Buena pregunta, pero sobre todo, emocionante cuestión. No sé quién eres, pero gracias, Anónimo, por considerar que merecería la pena. Sinceramente, no lo sé, lo pienso y me arranco, pero como si fuera uno de mis personajes me termino marchando a otro espacio que me llama la atención; allí me encuentro con algo/alguien y me centro en él/ella... y así siempre.

Pero bueno, al tiempo. Y sobre todo, gracias!!
Anónimo ha dicho que…
Pues entonces, sólo queda esperar "al tiempo" que nos traiga tu novela, y mientras soy yo quien te agradece las historias que nos regalas en este blog

Al tiempo! y gracias a tí

M.

Entradas populares de este blog

El verbo y el tren coloquial

Estación de Atocha, Madrid. Enero 2016 Esperaba subirse a un verbo que le llevara lejos. Lejos del último adjetivo que le arrastró hasta el reverso del suelo que pisaba. La mente en blanco y un mapa por recomponer, una geografía por reubicar. La frase de su amiga fue letal. Cada letra iba cargada con verdades que ni él mismo había valorado. Las comas, las pausas, los silencios y lo malditos puntos suspensivos quemaban. Así esperaba ese vehículo redentor. Inquieto, teneroso, tembloroso, entusiasta del desaliento, sabedor de sus miserias, conocedor accidental de las verdades que le dan cuerpo a la mente... ...Y en su maleta tan sólo llevaba un verso contagioso que no escribió. Un texto que recibió por azar de un sueño a través de un diálogo que no sabe cómo empezó pero sí adónde le llevaba.  El murmullo del vagón susurraba desde el fondo del plano. Podía oler el reflejo de su escapada. Imaginaba una huída para empezar, no de cero, pero sí desde un quiebro de sí mismo. Enrai

Las palabras se las lleva Twitter

Apenas estaba digiriendo una información -con alta carga de valor- cuando un tuit la bajó de golpe muro abajo. Intenté seguirla, pero no paraba de caer al foso; y durante el imparable descenso iba olvidando el cuerpo de la noticia que me había llamado la atención. Finalmente renuncié y volví a lo más alto del muro de nuevo, con la esperanza de leer algo interesante, entonces un hilo que sostenía al texto en extinción entró en escena. Intenté seguirlo pero poco duró su vigencia. Una vez más la gravedad de las redes sociales impuso su fuerza.  El volumen de la ansiedad de la masa social por publicar, por ser viral, por conseguir apoyo de followers, ¡por ser!, por estar, por pintar, pesa y ocupa tanto que la palabra apenas puede sostenerse. De hecho acabo de perder el hilo que me trajo hasta este texto. ¿Habré incorporado la misma gravedad y procesado de ideas? Es posible, porque ya se me está haciendo largo y empiezo a sentir ansiedad por publicarlo y que funcione por sí solo. Pesa

Idas y venidas por una mala salida

 Viéndolas venir me dieron en toda la cara. Una a una, las idas y venidas de años anteriores (y una del que entra) fueron golpeándome repetidamente hasta que pronuncié la palabra requerida: "Perdón". Las idas reclamaban un sitio concreto al que llegar; las venidas, más dimensiones. La correspondiente a 2021 era ida y estaba algo más perdida. Lo más difícil para mí fue darme cuenta de que tenía la responsabilidad de ubicarlas. Lo supe por una mala salida de otra persona hacia mí. Ésta, la mala salida, me advirtió -poco antes de abofetearme por izquierda y derecha con la mano abierta- de que debía organizarlas. ¿Cómo? pregunté. Viéndolas venir, exclamó. Así que tras pedir disculpas y tomar la firme decisión de implicarme en la búsqueda de lugares y dimensiones, todo empieza. A ver...