
Disparé el móvil a primera hora, antes de meterme en el metro y volver a disparar, disimuladamente, para captar la siguiente imagen. Un saco, típico de escombros, y una bolsa barata de viajes a juego. Los llevaba un señor de unos setenta y muchos que desprendía un olor a orina que echaba p'atrás. Parecía una versión moderna y

Dónde irá. Decidí seguirle un poco más; eso sí, ya desde dentro, o sea, ayudándole con sus bultos. Encantado accedió y empezó a contarme su historia. Y aunque suene a coña o a periodismo ficción, creedme que lo es: Este buen hombre, llamado Gervasio Guitarra, es escaparatista. Pero no uno cualquiera, sino uno de los que contrata el Ayuntamiento para dar imagen de austeridad en determinados puntos. Se trata de decorar para aparentar; de tapar una trastienda donde se siguen vendiendo caros conceptos; encarecidos televisores con mensaje... para pudientes. Todo lo que hay en el escaparate es suyo. Es un creativo. Y ahora se va a descansar a su domicilio en un barrio, cuyo nombre no me permite desvelar.
Comentarios
Me acerqué y cuando ya pensaba que estaba muerto, hice la prueba del... algodón y lo que ocurría es que era un muñeco de grafito!! Increíble.
Fabio, yo creo que el algodón engaña y que en algunos caso convierte en piedra al tacto, pero sólo para disimular.
Bizca Entrelineas
P.D: Hoy tengo la mirada del revés, no hay manera.