David Venta decidió desconectar una temporada. Cansado de no tener privacidad para pensar, pensó en público que lo mejor era renunciar a ser visible y de paso volver a su trabajo de tapicero en el parque temático de coliflores mercantiles. Sus seguidores le apoyaron con pena, pero lo asumieron. De sobra sabían que ocurriría. Atender a un colectivo anónimo y masificado desgasta. Atenderlo, además, a base de abandonar su intimidad y regalarla a cambio de elogios y atención permanente, más todavía.
Cuando se reincorporó a su parque de coliflores sintió que renacía. Un espasmo de alivio y dos salas de espera después, decidió no volver a ser la voz en off de ninguna máquina expendedora, ni mucho menos la imagen de social Tronch, la red social que le hizo famoso. Mi sitio está entre coliflores mercantiles, se reafirmaba una y otra vez... y no atendiendo a tanta gente que no conozco de nada. Que me doran la píldora para sacar brillo a la suya propia.
El problema, le decía un capataz cuneiforme, es que has vuelto y lo que tienes que hacer es seguir. Y seguir no es sinónimo de continuar en la misma dirección; puedes cambiar de sentido. Cuando Gerundio Genoveva desapareció entre las máquinas, David Venta empezó a dar vueltas a la coliflor...
Dicen que la masa no piensa, pero no es el caso de este colosal colectivo, que no sólo piensa y maquina como ningún otro tumulto, sino que además de seleccionar a sus líderes los exprimen como nadie y los transforma en lo que siempre fueron: nadie. David Venta es una excepción, porque volvió, pero giró con inteligencia antes de regresar. Ahora, aunque algo vacío y descompuesto, sigue y continúa.
Cuando se reincorporó a su parque de coliflores sintió que renacía. Un espasmo de alivio y dos salas de espera después, decidió no volver a ser la voz en off de ninguna máquina expendedora, ni mucho menos la imagen de social Tronch, la red social que le hizo famoso. Mi sitio está entre coliflores mercantiles, se reafirmaba una y otra vez... y no atendiendo a tanta gente que no conozco de nada. Que me doran la píldora para sacar brillo a la suya propia.
El problema, le decía un capataz cuneiforme, es que has vuelto y lo que tienes que hacer es seguir. Y seguir no es sinónimo de continuar en la misma dirección; puedes cambiar de sentido. Cuando Gerundio Genoveva desapareció entre las máquinas, David Venta empezó a dar vueltas a la coliflor...
Dicen que la masa no piensa, pero no es el caso de este colosal colectivo, que no sólo piensa y maquina como ningún otro tumulto, sino que además de seleccionar a sus líderes los exprimen como nadie y los transforma en lo que siempre fueron: nadie. David Venta es una excepción, porque volvió, pero giró con inteligencia antes de regresar. Ahora, aunque algo vacío y descompuesto, sigue y continúa.
Comentarios
Me pide ...¡gaubiali????
Patricia
esta frase es grande Seseña, con tu permiso me la apunto!
M.
Como dice Gerundio, seguir no es sinónimo de continuar en la misma dirección. Y como digo yo, ser visible no es sinónimo de que te vean. isa
Me ha gustado "girar con inteligencia", que no es exprimirse, quedarse vacio pero seguir adelante, a pesar de que a veces uno se "descompone", que al fin y al cabo es lo mismo que quitar componentes que no se usan. Y ante todo .... continuar ....
No, en serio. No sé que pasa hoy con este post... no sé si será por esa frase que tanto os ha gustado, pero está merodeando por los mundos de Facebook y Twitter que da gusto. No estoy acostumbrado a que mis personajes salten el cerco bloguero y se me escapen a otros cuentos. Pero bueno... es Internet y aquí no hay verjas que valgan.
Isa, M, Juana, Patricia, anónimos, Copifate, Cyber... Gracias. ¡Hablamos!
Por cierto, muy buenos comentarios; da gusto.
Bsss Marina