El recadito era claro: "O me lo das todo o no te quito nada". Bueno, igual no era tan claro. Pero lo pilló a la segunda. Después accedió a estudiar un máster en trastiendas semánticas y no le dio nada. Sabía que ahí empezaba todo... En el derribo de su propia trastienda.
Es la crónica de Bárbara Semiótica en su transición al mundo de las decisiones y renuncias; a la cancha de los límites propios; y al sofá de la comodidad superada la incomodidad de no saber cómo cesar.
Se lo había dado todo, antes de que se lo pidiera y eso es lo que le hizo polvo desde el principio. Pero ella no era consciente de haberlo hecho durante sus primeros 30 años de vida. Tampoco era consciente de todo lo que empezó a restarle, a quitarle, a partir de los 25. Pero de pronto empezó a atar cabos, después a deshacerlos, un poco más adelante combinaba nudos y desenlaces. Y para cuando quiso darse cuenta, aún no era tarde. Podía cambiar el rumbo de las cosas.
Se lo había dado todo, sí. Pero como todo había quedado en el mismo saco, el roto que ella misma había entramado desde su infancia, ahora 'sólo' tenía que empezar a quitarse nada para dárselo todo. Y así, poco a poco, Bárbara llegó hasta hoy. Y hoy tiene mucho por hacer, pero ya sin el peso de los escombros.
Salud!
* La foto: Female Torso with Veil, Paradise Cove, 1984. The Herb Ritts Foundation.
Salud!
* La foto: Female Torso with Veil, Paradise Cove, 1984. The Herb Ritts Foundation.
Comentarios
Romper lo que se tenga que romper, desecombrar y empezar de nuevo. Quedarse en Nada para tenerlo Todo o casi todo, que no es lo mismo pero es igual.
Enlazar y desenlazar como las propias neuronas, que aunque algunas perdemos por el camino, conexiones y más conexiones sustituyen a las que van cayendo.
Salud!