Guzmán Vinilo ha sido tremendamente feliz por un día; sí, sólo por uno. El resto del tiempo lo pasa tumbado en un nicho de menosprecio con poco oxígeno. El motivo de su jovialidad es que se encontró un atril cuneiforme con pie art decó en el contenedor más cercano a su casa. Lo agarró, lo admiró durante un buen rato, lo mordió -como Nadal con sus trofeos-, lo abrazó y le pasó la mejilla como si fuera el peluche de su infancia; que se llamaba Poch y era un rinoceronte relleno de fibras sensibles.
Después, con la iluminación de su rostro por bandera, partió a buen ritmo hacia la plaza más cercana, la de Castilla. Colocó el atril en lo más alto, se sacudió la americana que lleva "de siempre" hasta para ir a por el pan de leña, miró al cielo pensando en La menor y cuando estuvo listo (zanjado el tema interno de lo innato y lo adquirido por su tío Hermita en Somalia) se irguió. Una flota de 20 personas se agolparon para atender a lo que Vinilo iba a... 'decir'. El tráfico -trágico en un día con nieve como aquel- se paró en seco. Las monjas dominicas dejaron los dulces y se arrodillaron ante el bueno de Guzmán.
Y él, que parecía saber en qué momento arrancarse para expresar..., hierático y con la mirada clavada en su interior con el ojo derecho pendiente del cielo protector. De pronto, un turista japonés dijo con acento gallego: ¡Que empieza ya, que úrico se va...! Una racha de viento y un silvido ajeno después... comienza. Se saca una batuta del bolsillo interior, lleno de agujeros rotos, efectúa un histriónico aspaviento y comienza a dirigir la marcha de la Valquiria... fue feliz, tanto que regaló una propina muy especial: la marcha Radetzky. Ni las dominicas ni vinilo han vuelto a ser tan felices.
Salud!
Después, con la iluminación de su rostro por bandera, partió a buen ritmo hacia la plaza más cercana, la de Castilla. Colocó el atril en lo más alto, se sacudió la americana que lleva "de siempre" hasta para ir a por el pan de leña, miró al cielo pensando en La menor y cuando estuvo listo (zanjado el tema interno de lo innato y lo adquirido por su tío Hermita en Somalia) se irguió. Una flota de 20 personas se agolparon para atender a lo que Vinilo iba a... 'decir'. El tráfico -trágico en un día con nieve como aquel- se paró en seco. Las monjas dominicas dejaron los dulces y se arrodillaron ante el bueno de Guzmán.
Y él, que parecía saber en qué momento arrancarse para expresar..., hierático y con la mirada clavada en su interior con el ojo derecho pendiente del cielo protector. De pronto, un turista japonés dijo con acento gallego: ¡Que empieza ya, que úrico se va...! Una racha de viento y un silvido ajeno después... comienza. Se saca una batuta del bolsillo interior, lleno de agujeros rotos, efectúa un histriónico aspaviento y comienza a dirigir la marcha de la Valquiria... fue feliz, tanto que regaló una propina muy especial: la marcha Radetzky. Ni las dominicas ni vinilo han vuelto a ser tan felices.
Salud!
Comentarios
O, tal vez, sólo sea feliz porque ellos existen.
Ya que por los agujeros rotos, a veces, puede uno escapar a otra dimensión, sin que nadie le vea...y éso es parte de la felicidad...escapar a tu propio lugar
...y acariciar las fibras sensibles de tu infancia
M.