
Bien, una parte es fácil, el tornillo puede ser el que extravié hace dos días. Pero ¿qué hacen ambos objetos con ánimo de pulcro coexistiendo en una superficie así? Claro, al final rebusco y encuentro... Y hallo una posible solución.
A María Señor, la señora de la limpieza, le salió rana el roscón de Reyes. Y ella que anda tonteando con Rodrigo Jass, el repartidor de documentos y 'recortacupones profesional' de los periódicos, se siente afortunada de que todas las piezas en su vida comiencen a encajar. Ya no cree en cuentos de princesas que besan a una rana/sapo para convertirlos al principado. Tiene bien atornillados los pies en a la tierra. Ahí, digo yo, que está el desenlace de este geroglífico de última hora. O no.
Salud!
PD.: Qué seríamos sin los pequeños detalles.
Comentarios
Es algo que llevo pensando varios post...lo tuyo no es un duende, es un don.
M.
De todos modos, gracias M por creer que merece la pena dedicar un hueco a leer lo que escribo. Salud!
Y estoy de acuerdo, lo tuyo es un "don" que nos tiene aquí gratamente enganchados.