
A las tres de la mañana ella, Germania Silloza, supo a lo lejos que él se había dado cuenta. Ocurría dos años después de su advertencia y uno del accidente. Y es que cuando uno entra en la etapa de negación... tiene que pasar el trago solo. Ella lo sabía; viene de familia con recorrido negativo; por eso se apartó. Pero también ocurre que las ondas que despide el negador llegan allá donde nadie imagina y a destino concreto. Germanía en Birmania en este caso.
Se levantó sobresaltada. Una mueca propia del NO se le incrustó en la cara. Él, mientras entraba en la cueva revivía su accidente. En medio de una paz consonante, Mohamed pronunció un discurso que se oponía a todo lo que realmente pensaba. El conflicto vocal se había desatado: No quiero comenzar esta ceremonia sin despedir hasta nunca al que fuera mezquino fundador de nuestra usurera fundación que sólo se ayuda a sí misma con el dinero de los socios... Querido don Retamar, que le den por saco allá donde esté. El despido fue inmediato y el "allá donde esté" no se escuchó ya debido a que alguien desconectó el micro por control remoto.
Ahora lo niega todo hasta la propia negación. Pero si todo va bien lo podrá superar en un par de años. Todo depende del arraigo de tanto ignorar e inspirar. Y aunque no lo sabe, ella espera paciente.
Salud!
*La imagen la he conseguido vía China Villamellera.
Comentarios
Porque negar la propia negación equivale a afirmarla no?
Grandes verdades escondidas en tus post Seseña
Un saludo
M.
Ya me dirás. Y como siempre, gracias por tus intervenciones imprescindibles.
Salud!
Jajaja, ¿ves como tienes esa capacidad que te decía?. No hay más que ver los comentarios que sugieren tus palabras.
Y...bas...ta
Se me ocurre...