Dice que cuando se enfada se convierte en un lobo para el hombre, pero en realidad su mala leche le convierte en un palomo cojo. En un arrastrado, sin capacidad para reptar por los suelos. Él lo sabe; es consciente de su mal humor, pero lo achaca a un mal interior aunque ajeno: su yo infantil con vida propia. Y con este problema ha acudido al cirujano Jacinto, experto en extirpar yoes infantiles del organismo.
Desgraciada o afortunadamente (según se mire) en la misma consulta el doctor Jacinto le dice que lo suyo no es erradicable. La razón es que su yo infantil está demasiado adherido al músculo del yo adulto. Lo que significa que de intervenir, tendría que llevarse mucho tejido adulto. El resultado sería convertirle en una persona con los problemas de siempre pero sin solución. En otras palabras, seguiría con la mala hostia, pero sin la posibilidad de aliviarla con nada.
Solución: un tratamiento salino que consiste en asumir que por ser adulto uno no está libre de ser un retorcido, un caprichoso, un mezquino, un hijoputa, un vividor, un gualtrapa, un malpensao', un niñato, un iluso, un incauto, un insensato... Un tratamiento que ayuda a potenciar el analgésico propio de autosuficiencia y así aprender a administrarlo cuando, como adulto, el paciente estime oportuno.
PD.: ¿Y quién es él, el paciente? Se llama Martín Errata, tiene 47 años y ya es administrador consciente de su propia mala leche. Pero le ha costado. Tanto como saberse niñato en distintos momentos del día y de la vida.
PD2.: La imagen la encontré buscando por "Agrio", que no amargo, y no hay mejor forma, de momento, de ilustrar ese fenómeno humano llamado forzosa autosuficiencia... Y añado, "dualidad cogida con imperdibles". Y casualmente viene de un post titulado: Mirando... mirándome... interiormente.
Desgraciada o afortunadamente (según se mire) en la misma consulta el doctor Jacinto le dice que lo suyo no es erradicable. La razón es que su yo infantil está demasiado adherido al músculo del yo adulto. Lo que significa que de intervenir, tendría que llevarse mucho tejido adulto. El resultado sería convertirle en una persona con los problemas de siempre pero sin solución. En otras palabras, seguiría con la mala hostia, pero sin la posibilidad de aliviarla con nada.
Solución: un tratamiento salino que consiste en asumir que por ser adulto uno no está libre de ser un retorcido, un caprichoso, un mezquino, un hijoputa, un vividor, un gualtrapa, un malpensao', un niñato, un iluso, un incauto, un insensato... Un tratamiento que ayuda a potenciar el analgésico propio de autosuficiencia y así aprender a administrarlo cuando, como adulto, el paciente estime oportuno.
PD.: ¿Y quién es él, el paciente? Se llama Martín Errata, tiene 47 años y ya es administrador consciente de su propia mala leche. Pero le ha costado. Tanto como saberse niñato en distintos momentos del día y de la vida.
PD2.: La imagen la encontré buscando por "Agrio", que no amargo, y no hay mejor forma, de momento, de ilustrar ese fenómeno humano llamado forzosa autosuficiencia... Y añado, "dualidad cogida con imperdibles". Y casualmente viene de un post titulado: Mirando... mirándome... interiormente.
Comentarios
Un saludo Seseña
M.
P.D: ese 'por si un dia' se me ha ido de las manos y habia escrito casi un post, jaja. Lo dejo ahi y punto.
Gracias M, Juana e Isa. Vuestros comentarios ayudan a seguir 'operando'. Un beso!
Por mi parte, que voy camino de los 70, aspiro a que la experiencia me ayude a ser el niño que no me dejaron ser...
Rubén
Me siento identificada. Este fin de semana comí con mi padre y tuve un arranque de mala leche. Luego me fui a la piscina a nadar para ver si se me pasaba. Se me pasó. Pero es que yo no dejo de sorprenderme a mi misma con todas mis contradicciones. Enhorabuena por el post que me ha gustado mucho. Besos.
Nuria Verde
besos