Dicen que el sufrimiento te hace más fuerte. ¡Y una mierda! Sólo he recibido palos, y la única palmadita ha sido el reconocimiento médico. Soy un puto desgraciado, joder.
En este estado me encontré a Martín Truñeque al salir del Súper. Venía yo de comentar el partido del Atleti con Gañán (el charcutero), cuando me abordó para contarme sus miserias. Quiero que me entrevistes, estoy decidido. Y como me debo a mis personajes, dejé en la acera las bolsas con el salmi, los pepinillos, los canónigos y el resto. Saqué la grabadora y sólo tuve que presionar REC... Ni tan siquiera pregunté. Truñeque venía con carrerilla.
Tengo 33 años, me hice administrador de versiones tergiversadas (agitador profesional) y nunca cumplí mi sueño de ser torero. Desde hace 7 años sólo sufro. Soy huérfano y feo. Las chicas me rehuyen. La única con la que he mantenido una relación, Rosita, era ciega y me dejó por un ciego; que decía, tenía más vista que yo. Cuando agito, irrito y la gente me increpa. Cobro lo justo para llegar apurado a fin de mes. Desde hace dos días me ha salido una almorrana.
¿Que cómo me siento? Como el culo, sin salida. Putrefacto. Como una versión tergiversada de alguien que nunca ha sido... o ha llegado a ser. Cuando salgo a la calle, me tapo como si alguien me fuera a pegar. De pequeño me escupían porque no sabía jugar al fútbol. De adolescente, me pegaban los rockers por llevar gafas y Yumas con rayas fosforitas. Sufro fetidez en el aliento, vamos, que me canta el pozo. ¿Que cómo me siento? Con ganas de apagar, previo ¡Vámonos!
Quiero salirme del guión. Y en ese momento, se esfumó. Es lo que pasa con muchos personajes. Se ofuscan tanto en la ficción que terminan a hostias consigo mismos hasta que aterrizan la realidad. En este caso particular, Truñeque no se acuerda de que su realidad era más cruda. Tiene 72 años y es el último acomodador de su pueblo. El Teatro Florida va a ser demolido. Quizá necesite una última obra.
En este estado me encontré a Martín Truñeque al salir del Súper. Venía yo de comentar el partido del Atleti con Gañán (el charcutero), cuando me abordó para contarme sus miserias. Quiero que me entrevistes, estoy decidido. Y como me debo a mis personajes, dejé en la acera las bolsas con el salmi, los pepinillos, los canónigos y el resto. Saqué la grabadora y sólo tuve que presionar REC... Ni tan siquiera pregunté. Truñeque venía con carrerilla.
Tengo 33 años, me hice administrador de versiones tergiversadas (agitador profesional) y nunca cumplí mi sueño de ser torero. Desde hace 7 años sólo sufro. Soy huérfano y feo. Las chicas me rehuyen. La única con la que he mantenido una relación, Rosita, era ciega y me dejó por un ciego; que decía, tenía más vista que yo. Cuando agito, irrito y la gente me increpa. Cobro lo justo para llegar apurado a fin de mes. Desde hace dos días me ha salido una almorrana.
¿Que cómo me siento? Como el culo, sin salida. Putrefacto. Como una versión tergiversada de alguien que nunca ha sido... o ha llegado a ser. Cuando salgo a la calle, me tapo como si alguien me fuera a pegar. De pequeño me escupían porque no sabía jugar al fútbol. De adolescente, me pegaban los rockers por llevar gafas y Yumas con rayas fosforitas. Sufro fetidez en el aliento, vamos, que me canta el pozo. ¿Que cómo me siento? Con ganas de apagar, previo ¡Vámonos!
Quiero salirme del guión. Y en ese momento, se esfumó. Es lo que pasa con muchos personajes. Se ofuscan tanto en la ficción que terminan a hostias consigo mismos hasta que aterrizan la realidad. En este caso particular, Truñeque no se acuerda de que su realidad era más cruda. Tiene 72 años y es el último acomodador de su pueblo. El Teatro Florida va a ser demolido. Quizá necesite una última obra.
Comentarios
Aplaudo mientras se cierra el telón.
Pasamos a .... escribiendo vida nueva, perdón .... obra nueva.
Opciones hay muchas, pero cada uno es único.
M.
A-migo!
Te superas Dani. ¿Para cuándo un libro con este Universo?