Fuentes oficiales informan de que es un fantasma más y está encerrado, voluntariamente, en el calabozo de Zurriagazo (localidad hermanada con Zurriagaza). Se llama Hernán Opaco y se ha pasado la noche contestando a las preguntas de la Policía Municipal, de los psicólogos y algún podólogo (expertos en -valga la metáfora- pies sobre tierra).
En Zurriagazo, al contrario de lo que pasa en el resto del planeta, consideran fantasmas, espíritus y almas perdidas a todo aquel ente, o aquello otro, extraño que se sale de los esquemas de lo común. Es oficial y conviven con estas presencias con toda naturalidad. Hernán Opaco ha sido interrogado por comprar dos cajas de Lexatín de más, sin previo aviso y en mitad de la noche; habiendo acudido a la farmacia vestido con el camisón que heredó de su abuelo Ricardo.
No soy un fantasma. Me llamo Hernán Opaco y estoy de paso en casa de mi hermana, Feria Opaco. Feria Opaco murió el año pasado. Por eso estoy aquí, para terminar de recoger sus cosas. No me conteste, fantasmilla. El policía, Francisco Recto, pierde los papeles y no sabe cómo resolver el problema. ¿Qué problema? Le pregunta el podólogo. Que últimamente anda muy alborotada la comunidad fantasma. Y no será que ves demasiados sin que lo sean. ¡Váyase, piérdase de mi vista!
El agente Recto se va a su casa, pensando incluso en que él es el único humano vivo de Zurriagazo. Su teoría cobra peso y rezuma ectoplasma subjetivo; y al abrir la puerta de su domicilio empieza a sufrir dificultades respiratorias. Baja corriendo a la farmacia a por Orfidal; vestido de calle y con las zapatillas de estar por casa. ¡Alto! El nuevo becario policía municipal (con Mike Hammer tatuado en su piel),que no ve tres en un burro se abalanza sobre él, le esposa y se lo lleva detenido a Zurriagaza (localidad hermanada con Zurriagazo).
Fuentes oficiales informan de que Francisco Recto, más conocido como el fantasma del 8, ha sido arrestado.
En Zurriagazo, al contrario de lo que pasa en el resto del planeta, consideran fantasmas, espíritus y almas perdidas a todo aquel ente, o aquello otro, extraño que se sale de los esquemas de lo común. Es oficial y conviven con estas presencias con toda naturalidad. Hernán Opaco ha sido interrogado por comprar dos cajas de Lexatín de más, sin previo aviso y en mitad de la noche; habiendo acudido a la farmacia vestido con el camisón que heredó de su abuelo Ricardo.
No soy un fantasma. Me llamo Hernán Opaco y estoy de paso en casa de mi hermana, Feria Opaco. Feria Opaco murió el año pasado. Por eso estoy aquí, para terminar de recoger sus cosas. No me conteste, fantasmilla. El policía, Francisco Recto, pierde los papeles y no sabe cómo resolver el problema. ¿Qué problema? Le pregunta el podólogo. Que últimamente anda muy alborotada la comunidad fantasma. Y no será que ves demasiados sin que lo sean. ¡Váyase, piérdase de mi vista!
El agente Recto se va a su casa, pensando incluso en que él es el único humano vivo de Zurriagazo. Su teoría cobra peso y rezuma ectoplasma subjetivo; y al abrir la puerta de su domicilio empieza a sufrir dificultades respiratorias. Baja corriendo a la farmacia a por Orfidal; vestido de calle y con las zapatillas de estar por casa. ¡Alto! El nuevo becario policía municipal (con Mike Hammer tatuado en su piel),que no ve tres en un burro se abalanza sobre él, le esposa y se lo lleva detenido a Zurriagaza (localidad hermanada con Zurriagazo).
Fuentes oficiales informan de que Francisco Recto, más conocido como el fantasma del 8, ha sido arrestado.
Comentarios
Nunca nos hemos puesto de acuerdo en quién era qué en aquel momento, pero ahora ya sin acusaciones fantasmales hablamos y nos queremos mucho.
Gran crónica opaca esta de hoy.