No sé si fue un mito urbano o alguien de verdad travistió a Saramago otorgándole un nuevo atuendo con el nombre de Sara Mago. El caso es que la anécdota me sirve para despedirme desde este espacio bloguero del mágico 'Sara'. Se ha escrito tanto ya sobre él en esas necrológicas articuladas en la prensa, seguramente escritas desde hace tiempo, que poco elogio puedo añadir... Es lo que ocurre con las crónicas de unas muertes más anunciadas que otras.
Pero me centraré en un detalle, el que tuvo Saramago, al sacar de su mente y plasmar en papel esa idea llamada Ensayo sobre la ceguera. Me centraré en este punto de agradecimiento, porque leer aquella obra maestra me abrió los ojos un poco más. Tenía entonces veintitantos y andaba a trompicones (a hostias, vamos) entre confusiones y dudas 'humanoides' de tardío e impetuoso existencialismo. Y fue meterme en su novela, cerrar los ojos y empezar a comprender el caos que llevaba en mi mochila. Él, Don José, me dio una de las primeras pistas...
Por todo ello y sin más dilatación textual: ¡Gracias Maestro! ¡Hasta siempre! Nos vemos en las letras; ya sabes ese espacio - ese intelineado - alejado de elitismos estúpidos y libre de peajes politizados. Ahí están Todos los nombres...
Pero me centraré en un detalle, el que tuvo Saramago, al sacar de su mente y plasmar en papel esa idea llamada Ensayo sobre la ceguera. Me centraré en este punto de agradecimiento, porque leer aquella obra maestra me abrió los ojos un poco más. Tenía entonces veintitantos y andaba a trompicones (a hostias, vamos) entre confusiones y dudas 'humanoides' de tardío e impetuoso existencialismo. Y fue meterme en su novela, cerrar los ojos y empezar a comprender el caos que llevaba en mi mochila. Él, Don José, me dio una de las primeras pistas...
Por todo ello y sin más dilatación textual: ¡Gracias Maestro! ¡Hasta siempre! Nos vemos en las letras; ya sabes ese espacio - ese intelineado - alejado de elitismos estúpidos y libre de peajes politizados. Ahí están Todos los nombres...
Comentarios
Sara..una de esas personas que me gustaba mucho que estuviera en este mundo.
Pero como dices, siempre nos quedará ese interlineado visible al cerrar los ojos.
"Las intermitencias de la muerte" se llama el libro.