
Es un caso extraño. Y como el efecto es retardado hace más difícil pillarle en acción. Las preguntas son: ¿Cuál es su objetivo? ¿Qué quiere comunicar a los consumidores con sus actos? ¿Por qué el Talón de Aquiles? ¿Por qué un ligero corte y no un tajo? ¿Por qué indulta a algunos con la cara de Jiménez Losantos? ¿Se ha basado en alguna película? ¿Qué consume en sus ratos libres? ¿En qué trabaja? ¿Cómo decorará su casa?
Recientemente, un consumidor llamado Martínez Trazado llevaba un carrito con poco lustre, casi a juego con su personalidad, una de las ruedas no giraba bien y se agachó para arrancar un precio pegadizo de la rueda tullida. Entonces se encontró al Cortador de Talones de Aquiles frente a él. Sin poder frenar, por el impulso que llevaba y Martínez inmóvil por la sorpresa ante lo que se le venía encima, se produjo la colisión. El resultado: Jiménez Losantos adherido a la boca de Martínez y el Cortador... huído.
Esto no ha hecho más que empezar.
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Comentarios
Ah! y ni idea de cómo decora su casa.
ANÓNIMO DE TOLEDO