Dalia Arena tenía dos cosas sin acabar. Por un lado su investigación sobre el origen de los chistes (le falta, entre otras cosas, localizar al autor del que para ella es el peor de la Historia: el chiste de "Mistetas*"). Y por otro, llevaba un año atascada en su novela. Sólo faltaba el final. Y cómo es la vida, que en 24 horas lo resolvió todo por azar.
Bloqueada y totalmente abgenada a merced de su propia voluntad, una noche se puso en marcha en dirección opuesta. Se echó la manta encima y tomó rumbo al chiste de "Mistetas". Preguntó a unos y a otros... y al final dio con ella; toda una sorpresa que fuera mujer. Se llama Cipriana García, actualmente tiene 68 años y es la vecina del 7ºA... ----Y ésta es otra historia que completaré más adelante----.
Tras una larga e interesante entrevista, con poco chiste y mucho drama, Dalia bajó a su casa y antes de entrar, un señor le dio un susto de muerte en el rellano. Me llamo Íñigo Montoya, no es coña ni he venido a matarte porque hayas matado a mi padre ni porque tengas seis dedos en una mano... He venido para darte algo. Muda completamente, no podía cerrar la boca mientras Íñigo le dejaba en sus manos una caja de madera con forma de barrica.
El hombre se fue como había venido y al abrir el barril, apresuradamente y poco cuidado, Dalia encontró en el fondo el final para su novela. Pero al igual que ocurrió con la conversación con Cipriana, ésta es otra crónica que os contaré pronto. De momento, Dalia ya ha resuelto... que es como decir, que ha parido y descansa -muy viva- tranquila en paz.
Salud!
-----
*Una chica ha pedido a su perra Mistetas y le prgunta, angustiada, a un señor: Disculpe ha visto a Mistetas. Respuesta: No, pero me gustaría verlas.
*La imagen pertenece al blog Mi Siglo
Bloqueada y totalmente abgenada a merced de su propia voluntad, una noche se puso en marcha en dirección opuesta. Se echó la manta encima y tomó rumbo al chiste de "Mistetas". Preguntó a unos y a otros... y al final dio con ella; toda una sorpresa que fuera mujer. Se llama Cipriana García, actualmente tiene 68 años y es la vecina del 7ºA... ----Y ésta es otra historia que completaré más adelante----.
Tras una larga e interesante entrevista, con poco chiste y mucho drama, Dalia bajó a su casa y antes de entrar, un señor le dio un susto de muerte en el rellano. Me llamo Íñigo Montoya, no es coña ni he venido a matarte porque hayas matado a mi padre ni porque tengas seis dedos en una mano... He venido para darte algo. Muda completamente, no podía cerrar la boca mientras Íñigo le dejaba en sus manos una caja de madera con forma de barrica.
El hombre se fue como había venido y al abrir el barril, apresuradamente y poco cuidado, Dalia encontró en el fondo el final para su novela. Pero al igual que ocurrió con la conversación con Cipriana, ésta es otra crónica que os contaré pronto. De momento, Dalia ya ha resuelto... que es como decir, que ha parido y descansa -muy viva- tranquila en paz.
Salud!
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*Una chica ha pedido a su perra Mistetas y le prgunta, angustiada, a un señor: Disculpe ha visto a Mistetas. Respuesta: No, pero me gustaría verlas.
*La imagen pertenece al blog Mi Siglo
Comentarios
Simplemente no te lo esperas!
Fdo.: el contenido del barril previo al final