Ir al contenido principal

EL BANCO 54: SONADOS

Morir o padecer una enfermedad mortal. Dicho de una persona o de una cosa: Fracasar, perder, tener mal fin. Limpiar de mocos las narices, haciéndolos salir con una espiración violenta. ¿Qué tienen en común? Son la séptima, sexta y décima acepciones del verbo "sonar".

Así se lo comunica Faso Solapa a David Ungüento en El Banco 54. Faso es mecánico (aún no sé de qué, pero lo intuyo) y David es topógrafo y pensador con mente en blanco. Han coincidido hoy en el banco durante una pausa en sus vidas. Faso le quiere explicar el verdadero sentido de la décima acepción.


Entonces le cuenta que hubo un día muy largo en el que perdió la memoria. No me reconocía ni a mí mismo y el médico me dio la solución:


No pienses... sólo colócate frente a tu espejo habitual en el baño habitual y suénate. Tu memoria se acordará de tu baño y del verbo "sonar" en su décima acepción. A que sí... Después sencillamente espera los resultados.


Faso obedeció. Y una vez frente al espejo comenzó a sonarse. El doctor Perito tenía razón. Con la primera extracción de mucosa salió el tapón y volvieron los recuerdos. Y todo porque además de sonarse, le sonó su cara, sus gestos, sus dudas. Después llamó al doctor Perito y terminó el tratamiento con un chiste etimológico: Ya me sonaba que usted siempre tiene un verbo para todo.

Ungüento le aplaude con la lágrima a medio salir y se van. Uno a topografiar con la mente en blanco y el otro a retomar sus mecanismos indefensos.

----------

*La foto viene de Ciudadanosdesalamanca.es

Comentarios

isa ha dicho que…
Echaba de menos los encontronazos que se producen en ese banco genial de los que siempre caen cosas tan geniales como... "Y todo porque además de sonarse, le sonó su cara, sus gestos, sus dudas".

Qué grande. La de cosas que sugiere esa mirada al espejo!. Gracias.
Juana ha dicho que…
A mi me "pone" lo de:
"topografiar con la mente en blanco" y "retomar los mecanismos indefensos" .... no se si ponerme ya ....
La Zapateta ha dicho que…
Ya decía yo que algunas cantantes con voz nasal - Cramberries, La Quinta Estación, o la misma "Shake"ira -, me parecen un poco sonadas. Hay más voces de este tipo, pero ahora no me acuerdo. Me voy al espejo.
Dani Seseña ha dicho que…
La verdad es que lo tenía bastante desocupado, Isa. Pero no hay nada como aguantarse la mirada frente al espejo, para volver a sentarse en él. Gracias por tu comentario!

Juana, sólo se me ocurre contestarte con la 17ª entrada del DRAE sobre "Poner": "Hacer la operación necesaria para que algo funcione". Gracias también!

Zapateta, ¿Ya has 'visto' el resto de voces? un abrazo!
Miguel Ángel Pegarz ha dicho que…
Yo pensé que el ayuntamiento había hecho obras y retirado el banco al menos durante las mismas.
Claro que también supuse que David tenía la mente en blanco por sonarse demasiado fuerte.
Supongo que es normal, siempre estuve un poco sonado en la cuarta acepción.
Dani Seseña ha dicho que…
Cybr, el Ayuntamiento está muy ocupado con el blanco de la multa http://www.periodismoficcion.com/2009/06/prado-28-y-otras-multas.html
costa sin mar ha dicho que…
man que me he reído

saludos
Dani Seseña ha dicho que…
Gracias y bienvenido, Costa sin mar

Entradas populares de este blog

El verbo y el tren coloquial

Estación de Atocha, Madrid. Enero 2016 Esperaba subirse a un verbo que le llevara lejos. Lejos del último adjetivo que le arrastró hasta el reverso del suelo que pisaba. La mente en blanco y un mapa por recomponer, una geografía por reubicar. La frase de su amiga fue letal. Cada letra iba cargada con verdades que ni él mismo había valorado. Las comas, las pausas, los silencios y lo malditos puntos suspensivos quemaban. Así esperaba ese vehículo redentor. Inquieto, teneroso, tembloroso, entusiasta del desaliento, sabedor de sus miserias, conocedor accidental de las verdades que le dan cuerpo a la mente... ...Y en su maleta tan sólo llevaba un verso contagioso que no escribió. Un texto que recibió por azar de un sueño a través de un diálogo que no sabe cómo empezó pero sí adónde le llevaba.  El murmullo del vagón susurraba desde el fondo del plano. Podía oler el reflejo de su escapada. Imaginaba una huída para empezar, no de cero, pero sí desde un quiebro de sí mismo. Enrai

Las palabras se las lleva Twitter

Apenas estaba digiriendo una información -con alta carga de valor- cuando un tuit la bajó de golpe muro abajo. Intenté seguirla, pero no paraba de caer al foso; y durante el imparable descenso iba olvidando el cuerpo de la noticia que me había llamado la atención. Finalmente renuncié y volví a lo más alto del muro de nuevo, con la esperanza de leer algo interesante, entonces un hilo que sostenía al texto en extinción entró en escena. Intenté seguirlo pero poco duró su vigencia. Una vez más la gravedad de las redes sociales impuso su fuerza.  El volumen de la ansiedad de la masa social por publicar, por ser viral, por conseguir apoyo de followers, ¡por ser!, por estar, por pintar, pesa y ocupa tanto que la palabra apenas puede sostenerse. De hecho acabo de perder el hilo que me trajo hasta este texto. ¿Habré incorporado la misma gravedad y procesado de ideas? Es posible, porque ya se me está haciendo largo y empiezo a sentir ansiedad por publicarlo y que funcione por sí solo. Pesa

Idas y venidas por una mala salida

 Viéndolas venir me dieron en toda la cara. Una a una, las idas y venidas de años anteriores (y una del que entra) fueron golpeándome repetidamente hasta que pronuncié la palabra requerida: "Perdón". Las idas reclamaban un sitio concreto al que llegar; las venidas, más dimensiones. La correspondiente a 2021 era ida y estaba algo más perdida. Lo más difícil para mí fue darme cuenta de que tenía la responsabilidad de ubicarlas. Lo supe por una mala salida de otra persona hacia mí. Ésta, la mala salida, me advirtió -poco antes de abofetearme por izquierda y derecha con la mano abierta- de que debía organizarlas. ¿Cómo? pregunté. Viéndolas venir, exclamó. Así que tras pedir disculpas y tomar la firme decisión de implicarme en la búsqueda de lugares y dimensiones, todo empieza. A ver...