¿Por qué me odias? ...La respuesta no puede ser más clara: Por tu dedicación en cuerpo y alma a fabricar perfiles para los demás. A pesar de todo, Sigfrido Difícil bloqueó su oído e impidió el paso del argumento de Sara Com a su mente. Cada uno se fue por su cuenta a seguir con sus vidas. Aunque Sigfrido lo tenía peor, porque algo del argumento se coló - como un espermatozoide luchador - en el útero del raciocinio.
Todo el día creando perfiles a gentes anónimas. Todo el día pensando en matices, virtudes y defectos (los justos). Todo el día planteando pros y contras. Todo el día diseñando avatares ajenos para mayor gloria del usuario inseguro; ese tipo/a que no se acepta y necesita una identidad superior a la suya para moverse con seguridad por la red. Sigfrido tenía que darse cuenta de que alguna relación había entre el perfil de sus clientes y el suyo propio...
Entonces el espermatozoide peleón fecundó el subconsciente ovárico de Sigfrido. Y por fin, empezó a relacionar y a cuestionarse lo que estaba pasando con su vida. Un día decidió parar la maquinaria de producción, al 5 mes de gestación, y empezó a pensar abiertamente en su perfil; a analizarlo. Fue una experiencia dura, porque no le gustó lo que vio, esto es, lo mismo que detectaba en sus clientes: vacío.
Afortunadamente, con los meses y un embarazo cerebral muy bien cuidado (dejó de fumar, logró engañarse a sí mismo sólo lo justo, abandonó tiras y aflojas...), consiguió reconstruír su perfil. Y al 9º mes de gestación llegó el parto. Llamó a Sara y se lo contó todo. Cenaron a lo grande, le pidió perdón por no escuchar en un principio y agradeció su fecundación in situ. Brindaron, se agregaron y compartieron sexo y argumentos hasta el amanecer.
Todo el día creando perfiles a gentes anónimas. Todo el día pensando en matices, virtudes y defectos (los justos). Todo el día planteando pros y contras. Todo el día diseñando avatares ajenos para mayor gloria del usuario inseguro; ese tipo/a que no se acepta y necesita una identidad superior a la suya para moverse con seguridad por la red. Sigfrido tenía que darse cuenta de que alguna relación había entre el perfil de sus clientes y el suyo propio...
Entonces el espermatozoide peleón fecundó el subconsciente ovárico de Sigfrido. Y por fin, empezó a relacionar y a cuestionarse lo que estaba pasando con su vida. Un día decidió parar la maquinaria de producción, al 5 mes de gestación, y empezó a pensar abiertamente en su perfil; a analizarlo. Fue una experiencia dura, porque no le gustó lo que vio, esto es, lo mismo que detectaba en sus clientes: vacío.
Afortunadamente, con los meses y un embarazo cerebral muy bien cuidado (dejó de fumar, logró engañarse a sí mismo sólo lo justo, abandonó tiras y aflojas...), consiguió reconstruír su perfil. Y al 9º mes de gestación llegó el parto. Llamó a Sara y se lo contó todo. Cenaron a lo grande, le pidió perdón por no escuchar en un principio y agradeció su fecundación in situ. Brindaron, se agregaron y compartieron sexo y argumentos hasta el amanecer.
Comentarios
M.
Bravo!