
La evolución de sus post (tan destructivamente constructivos) ha marchado paralela a las aplicaciones 2.0. Mientras da cera -a diario- al reverso miserable de la tv, arroja sus motivos para no ver lo que ponen en ella; que suelen traducirse en libros, documentales y música, mucha y auténtica... sin aditivos. Y de esta fórmula nace ahora El Descodificador Radio. La discoteca de Albéniz compartida en formato potcast y online.
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