
Porque no se trataba de remover el pasado, sino de diseñar lo que está por venir, por ejemplo, con más quedadas puntuales. Y es que parece mentira, pero los tiempos modernos y las circunstancias de distinto calado han trazado un semimuro de distancia que nos ha impedido insultarnos con cariño cara a cara durante este tiempo; como hacíamos con 15, 16, 22, 28 y treinta y pico...
Al final -al principio y en medio- las anécdotas de aquí y allá se convirtieron en protagonistas. Y más cosas... tan propias: Los saltos constantes de un tema a otro sin cerrar ninguna conversación, los despropósitos, las idas y venidas de otros amigos mencionados y apeados por el camino, los chuletones de carne... sin heridas, las muestras espontáneas de amistad, las risas, las mentiras, desvaríos variados, fantasías pretéritas y actualizadas, los viejos molinos sin aspas pero llenos de aire fresco, realidades, más anécdotas, ¡Vamos Atleti, Vamos!... Cadáveres a los postres y los muertos vivos, recordatorios de viejas promesas...
Qué más puedo añadir, es la cancha privada de los amigos, en definitiva. Y cuando nos despedimos, qué mejor guiño que un fuerte intercambio de puntos y seguidos... Nos vemos.
Salud!
Qué más puedo añadir, es la cancha privada de los amigos, en definitiva. Y cuando nos despedimos, qué mejor guiño que un fuerte intercambio de puntos y seguidos... Nos vemos.
Salud!
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Salud!
Bravo!