Ni siquiera llamó al telefonillo. Directamente atravesó el portal y subió los 10 pisos hasta mi casa. Pero no tocó el timbre ni la puerta. Petro Ollupac me llamó a susurros y soplidos sublimes. ¿Por qué? Porque ahí no había nadie de carne y hueso, sino una especie de holograma andante con atisbos fantasmales. No quiso sobrepasar la puerta para evitar llevarme un susto. Le invité a pasar y sentarse, pero no podía. Sin materia no tengo ni derecho a sentarme. Le pregunté y de carrerilla me lo contó todo. La de Ollupac es una de esas historias tristonas que sorprenden.
Vino a la vida de culo; en el sentido literal y metafórico. Y su vida ha sido un trayecto de piedras y bombas fétidas estalladas en el cara y por la espalda. Pero gracias a Internet se construyó una identidad seductora y por la que todos se pegaban por tener entre sus amistades. Comenzaba a sentirse redimido. Llegó a almacenar 2.000.000 de amigos, seguidores, fans, fons y demás. En su vida analógica era chapero y adicto a los baños con burbujas en aguardiente. En su vida digital, treintañero emprendedor y brillante colaborador de varios medios. Entre una y otra vida se apañaba como podía... Hasta que empezaron a metérsela doblada en ambas.
Resulta que un cliente de la vida analógica resultó ser una... una rencorosa, grande y libre de putear al pobre Ollupac. No le sentó bien que Petro evitara besarla en un pezoncillo con erosionado tatuaje adjunto. Así que empezó, desde esa misma noche, a orquestar una campaña contra él. Había descubierto su doble juego y decidió matarlo. Uno a uno, una a una fue convenciendo a sus fans de que Ollupac no era trigo limpio. Y sin saber muy bien cómo... Se vio, en dos días sin amigos ni seguidores a los que seducir. Entonces comenzó a difuminarse hasta convertirse en esta especie de holograma errante y errático...
Lo único que se me ocurre, le dije, es el remedio casero del váter. Entra, tápate y yo tiro de la cadena, si te vas por el desagüe, dicen los expertos, es que debes irte a tomar por culo... como viniste al mundo. Si por el contrario ni el váter te traga, es que tienes que sacarte las castañas del fuego tú solito. Tira, me dijo. Tiro, le contesté. Tiré y se marchó. Un rato después me conecté a Internet y leí que como por arte de magia han aparecido en la plaza de Colón de Madrid: 2 millones de sin papeles envueltos en papel de váter.
Vino a la vida de culo; en el sentido literal y metafórico. Y su vida ha sido un trayecto de piedras y bombas fétidas estalladas en el cara y por la espalda. Pero gracias a Internet se construyó una identidad seductora y por la que todos se pegaban por tener entre sus amistades. Comenzaba a sentirse redimido. Llegó a almacenar 2.000.000 de amigos, seguidores, fans, fons y demás. En su vida analógica era chapero y adicto a los baños con burbujas en aguardiente. En su vida digital, treintañero emprendedor y brillante colaborador de varios medios. Entre una y otra vida se apañaba como podía... Hasta que empezaron a metérsela doblada en ambas.
Resulta que un cliente de la vida analógica resultó ser una... una rencorosa, grande y libre de putear al pobre Ollupac. No le sentó bien que Petro evitara besarla en un pezoncillo con erosionado tatuaje adjunto. Así que empezó, desde esa misma noche, a orquestar una campaña contra él. Había descubierto su doble juego y decidió matarlo. Uno a uno, una a una fue convenciendo a sus fans de que Ollupac no era trigo limpio. Y sin saber muy bien cómo... Se vio, en dos días sin amigos ni seguidores a los que seducir. Entonces comenzó a difuminarse hasta convertirse en esta especie de holograma errante y errático...
Lo único que se me ocurre, le dije, es el remedio casero del váter. Entra, tápate y yo tiro de la cadena, si te vas por el desagüe, dicen los expertos, es que debes irte a tomar por culo... como viniste al mundo. Si por el contrario ni el váter te traga, es que tienes que sacarte las castañas del fuego tú solito. Tira, me dijo. Tiro, le contesté. Tiré y se marchó. Un rato después me conecté a Internet y leí que como por arte de magia han aparecido en la plaza de Colón de Madrid: 2 millones de sin papeles envueltos en papel de váter.
Comentarios
Estaremos pendientes del desarrollo de la historia, no creo que este sea el final.
Momentos de gloria echados por el WC.