Tres IPs con las que saques. No me convences. Pues anda que tú a mí... ¡Venga: trío de ases a la ecuación IP! Es la última frase que recuerda del sueño que tuvo anoche. No sabe cuál fue el resultado de aquella partida con tantas subpartidas a la vez: "mentiroso con dados", "chinos" y alguna modalidad más. Latente Extramuro de Santacarga Marina Botica Mirada, una agente secreta. Supo de su profesión, porque él es así, sabiondo... Y ella, además, se lo confesó tras la segunda copa de vino.
¿Contraespionaje consentido? Es posible. Pero me cuenta que parece el principio de una gran amistad. ¿Cómo se conocieron? Meses antes, una noche cualquiera, un sueño de él se cruzó en mitad de una llamada entrante de ella (de fijo a móvil). Marina colgó a su interlocutor y se puso a charlar con el "yo" onírico de Latente. Y así toda una noche, el tiempo que dura un sueño, más el establecimiento de llamada de ella. Al final, un sms lanzado al aire por error procedente del móvil de la vecina de Latente cortó de cuajo la conversación.
Días más tarde del primero encuentro volvieron a cruzarse. Esta vez fue en una tormenta de ideas. Latente estaba reunido con sus compañeros para parir una genialidad. Cuando éste iba a exponer la suya, notó una melodía polifónica entre hipotálamos. Era ella, que había conseguido su IP emocional. Latente se disculpó, dejó en la mesa su idea por escrito sobre la mesa y se puso a hablar con Marian. Lo logró apretándose la muñeca con una mano y frunciendo el ceño al mismo tiempo. Esa combinación equivale a un establecimiento de llamada libre de tasas.
Ayer se conocieron y coincidieron en una cosa: Quince minutos dan para mucho y a ti te encontré en la calle.
Salud!
¿Contraespionaje consentido? Es posible. Pero me cuenta que parece el principio de una gran amistad. ¿Cómo se conocieron? Meses antes, una noche cualquiera, un sueño de él se cruzó en mitad de una llamada entrante de ella (de fijo a móvil). Marina colgó a su interlocutor y se puso a charlar con el "yo" onírico de Latente. Y así toda una noche, el tiempo que dura un sueño, más el establecimiento de llamada de ella. Al final, un sms lanzado al aire por error procedente del móvil de la vecina de Latente cortó de cuajo la conversación.
Días más tarde del primero encuentro volvieron a cruzarse. Esta vez fue en una tormenta de ideas. Latente estaba reunido con sus compañeros para parir una genialidad. Cuando éste iba a exponer la suya, notó una melodía polifónica entre hipotálamos. Era ella, que había conseguido su IP emocional. Latente se disculpó, dejó en la mesa su idea por escrito sobre la mesa y se puso a hablar con Marian. Lo logró apretándose la muñeca con una mano y frunciendo el ceño al mismo tiempo. Esa combinación equivale a un establecimiento de llamada libre de tasas.
Ayer se conocieron y coincidieron en una cosa: Quince minutos dan para mucho y a ti te encontré en la calle.
Salud!
Comentarios
¿cómo lo veis?
Yo así todavía me divierto mas con sus escritos que tratando de entenderlos.
¡¡¡¡¡Geniales Latente Extramuros... Marina Botica y compañía!!!
Eva
isabel
Salud!
isa