Tomás Hilafino Donaire se tomó la noche libre y un par de valerianas, pero no quería zanjar el asunto en estado de reposo. Antes del amanecer se reanimó con una bofetada autodidacta y una anfetamina fabricada a mediados de los años 50 por su padre. Con el primer rayo de sol se calzó su camiseta llena de símbolos rurales y una Lambretta dibujada en el hombro. Era seña de identidad y apoyo logístico para afrontar asuntos escabrosos.
Salió a la calle pisando fuerte, se tomó su tiempo y dos anfetas más, antes de entrar en el bar de Lucas. Allí le esperaba Graciano Cebollino Sintregualguna con las cartas sobre la mesa. Lucas no tenía idea del encuentro, pero sí sabía que esa misma tarde debía ir a por Alejandra Hepática a la estación de carromatos alados (Mariana Torpe Dapena esquina con Azufre de lirios). No hizo la vista gorda, pero sí un poco el loco cuando Tomás atravesó el quicio.
Graciano sonreía con cara de poker. Le asomaba su muela de oro (en la que tiene instalada una nanoradio que exhibe con orgullo). Tomás temblaba por dentro, pero La anfeta y la simbología le llenaron de seguridad. Se sentó sin mirarle a los ojos. Tomó aire y empezó el final de esta historia. Acabemos cuanto antes, dijo entre dientes. Vamos allá, respondió Graciano, se sacó un naipe del bolsillo y lo plantó de un golpe en la mesa. Lucas estaba ya histérico y sin poder quitarse a Hepática de la cabeza.
Graciano le dio la vuelta y sentenció: Está bien. Resignado. Se hizo el silencio... Poco después, con la cabeza baja se subió a la mesa y comenzó a bailar... a lo Carlton Banks, castellanizando It's Not Unusual (Tom Jones). No soy yo el que tiene que estar aquí... Bis ...Por qué tuve que zamparme a aquel muflón... Cebollino es el maestro. No soy el que tienes que estar aquí... Bis... Es así, es así, es así (esta parte pronunciado al ritmo de las trompetas).
Finalmente, se tomó un tequila y la vida con más calma.
Finalmente, se tomó un tequila y la vida con más calma.
Salud!
PD.: Tengo entendido que Alejandra llegó tarde, pero trajo alegría y dos disgustos para todos.
Comentarios
Las drogas son malas, sobre todo si son familiares y caducadas. en vez de las valerianas debió tomarse un copazo aprovechando la presencia de la Sra. Hepática.
isabel