Ir al contenido principal

JAYMA ESTRELLADA Y MENTIRIJILLAS

Por Fabio Carabeo

Se dejó la piel en el partido y al llegar a casa le recibió su chica con los brazos abiertos y un segundo pellejo. Hablo de Román Fi Tresveces (futbolista de élite) y Murcia Calada Enminoría (periodista frustrada por la mentira perenne). Son muy buenos amigos míos y acaban de tener su primer hijo. Román tiene energía para rato, a pesar de mudar la piel y el alma en cada encuentro. Murcia salió de cuentas el mismo día que puso por primera vez un pie en una redacción periodística… y después cayó en otra cuenta; pero ésta es otra peli.

Han decidido que su hija se llame Jayma en honor al espacio en el que se conocieron. Fue una noche muy muy estrellada en el desierto bajo la influencia lunática creciente. Lo primero que hizo Jayma al nacer fue guiñar un ojo a Murcia. Después guardó silencio. Sólo llora cuando lo exige la lógica. Por ejemplo, cuando Román vuelve tras dejárselo todo ante otros futbolistas. Llora desconsoladamente hasta que él le demuestra que lo que se queda en el campo es sólo superficial.

Dentro de 20 años Jayma sabrá que era mucho más lo que caía en la cancha. Pero hasta entonces tiene tiempo de disfrutar con el mundo que le van construyendo sus padres; aunque sea de mentirijilla. Murcia sabe hoy que la verdad es tan relativa como inexacta. Y de buena tinta conoce aquella verdad que dice: “Aunque sea de mentirijilla el universo que le dejamos, es suficientemente cimentado y frágil para que ella rompa los tabiques cuando lo necesite… como cuando llora. Así son las cosas”.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
qué bonito post.
Seguro que en herencia Jayma no sólo encontrará frágiles tabiques, sino también la inteligencia y sensibilidad para saber por dónde romperlos. isa
La Zapateta ha dicho que…
Estoy con isa. Es un post emocionante y más para quienes tenemos una hija a la que hemos visto llorar casi a diario.
Normalmente lloran porque ese universo de juegos y cariño incondicional se lo vamos desmontando según crecen. Cuando no usan el lenguaje les abrazamos cuando lloran porque no sabemos exáctamente lo que les pasa. Cuando ya usan el lenguaje y te dan la razón de su llanto, ya no hay abrazos sino frases tipo "vaya tontería", "no me vengas con eso" o simplemente un "NO" rotundo. Es duro verse y oirse a uno mismo y darse cuenta de como conduces a tu hija hacia una forma de ser o estar. Te haces consciente, sin poder evitarlo, de tu poder de castración. Es duro porque al mismo tiempo que sabes que es bueno para ella, notas que le estás desmontando la incondicionalidad, y notas como rápidamente aprenden que para "gustarte" han de pasar por tus "aros", es decir se adaptan, llorando mucho, pero se adaptan. No hay vuelta atrás. Sale así, y a quien no le salga tendrá que encomendarse a "la autoridad del profesor" que recién nos anuncian.
Anónimo ha dicho que…
Yo también estoy con Isa, no tanto en el "qué bonito" (que se agradece), como en el "saber por dónde romperlos". Y cómo no, estoy con Zapateta, qué gran respuesta, qué gran aprendizaje, qué cruda realidad, qué enorme bucle eterno el del aprendizaje.

Pero Zapateta, no te olvides de que lo crucial y más difícil lo has logrado: dejar de ser hijo para ser padre. Eso es, perdón, ¡La hostia! Lo demás, es seguir creciendo junto a tu hija.

PD.: No sé si lo comenté, pero "Josakos" ha sido padre. ¡Enhorabuena!

Salud a todos!

Fabio Carabeo
Anonima Mente ha dicho que…
El amor de un padre o madre debe ser incondicional siempre, no se debe trasmitir a un hijo que si hacen tal cosa les queremos mas o menos, eso es chantaje emocional, y lo triste es que veo que hay chantajes por todos los sitios, abuelos, tios..."si te portas bien te dare una chuche", me parece aberrante, por que un dia ya no basta con chuches y entonces qué?!.
Por eso el unico "arma" que tenemos los padres para educar a nuestros hijos es el amor incondicional; enseñarles a razonar las cosas, no empentarles "eso es asi por que lo digo yo", hay que hacerlos personas, no memos que por un caramelo modifican sus actos.
En cuanto al llanto, no me parece bien eso de decirles que "lloran por una tontería", para ellos no es una tontería, y les estas haciendo sentirse idiotas, estas infravalorando sus sentimientos y asi les enseñas a no confiar en si mismo.
No me quiero extender, ser padres es algo hermoso, complicado, pero por encima de todo es un don, un regalo...

Anonima Mente
La Zapateta ha dicho que…
Creo que no me has entendido del todo, Ánomina. Y, desde luego, del chantaje no hay ni una sola mención. Yo, estaba hablando de la evolución del ser humano, tanto del hijo como del padre. Lo que unos tenemos recorrido, y lo que otros tienen que recorrer. Y de todo ese universo de sensaciones que uno tiene siendo una cosa u otra. La reflexión la hago yo porque soy padre y fui hijo, y me enseñaron a razonar, pero también a comportarme. Lo de las chuches lo dejamos para otro día. Desde luego, ser padre es algo hermoso, pero ¿un don?, ¿un regalo? Yo diría que es más bien, una circunstancia natural, que, como no somos monos, nos "carga" con una responsabildad también hermosa y nos otorga una magnífica oportunidad para conocernos y realizarnos como seres humanos.
La Zapateta ha dicho que…
Por cierto Anónima Mente, contagiado o no por tu defecto de escribir el nombre sin tildes, he caído en el error de mencionarte como Ánomina, es decir, ni la tilde en su lugar ni las enes y emes en su sitio. Disculpas.
Anonima Mente ha dicho que…
Lo del chantaje no lo digo por que tu o alguien lo nombre, es algo que me llama la atención, y lo he comentado como tú has comentado otras cosas, sin que nadie las haya mencionado. No se si me explico.
Y para mi, ser madre SI es un don o un regalo que la vida me ha hecho, por supuesto lleno de responsabilidades, pero si, yo lo veo así. Como lo ven asi las personas que no pueden tener hijos, quiza sean esas personas, las que paradojicamente mas puedan decir que tener un hijo es un don.
Anonima Mente
P.D.: no pasa nada por que no hayas puesto ni emes, ni enes, ni tildes en su sitio, cuando hay voluntad de entender no hace falta tanto. No me molesto.
capitán garfio ha dicho que…
Anonimamente,la teoría está muy bien,estás aprobada,ahora hay que ponerse a la práctica y ahí viene lo jodío...y te lo digo por experiencia.....
Para educar a un hijo,muchas veces tienes que jugar con todas las armas que tengas a tu alcance,a veces,decimos que no haremos esto o aquello,pero a la hora de la verdad....tienes que utilizarlo,aunque te duela...
Un saludo
Anonima Mente ha dicho que…
Capitan garfio, yo mi "aprobada" teoria la llevo a la practica con mis dos hijos.
Un saludo
Anonima Mente
Anónimo ha dicho que…
Mi amigo Yalodiré tiene dos hijos que ya son mayores que él. Está muy desconcertado pero disfruta del fruto y piensa que tiene que seguir creciendo y aprendiendo por si le necesitan todavía. No recuerda cómo les educó, sólo sabe que les quiere mucho.
capitán garfio ha dicho que…
Me alegro,anonimamente...¿¿y no te has encontrado alguna vez en situaciones donde la teoría,no es igual a la práctica....??
capitán garfio ha dicho que…
Por que yo sí !!!!!

Entradas populares de este blog

El verbo y el tren coloquial

Estación de Atocha, Madrid. Enero 2016 Esperaba subirse a un verbo que le llevara lejos. Lejos del último adjetivo que le arrastró hasta el reverso del suelo que pisaba. La mente en blanco y un mapa por recomponer, una geografía por reubicar. La frase de su amiga fue letal. Cada letra iba cargada con verdades que ni él mismo había valorado. Las comas, las pausas, los silencios y lo malditos puntos suspensivos quemaban. Así esperaba ese vehículo redentor. Inquieto, teneroso, tembloroso, entusiasta del desaliento, sabedor de sus miserias, conocedor accidental de las verdades que le dan cuerpo a la mente... ...Y en su maleta tan sólo llevaba un verso contagioso que no escribió. Un texto que recibió por azar de un sueño a través de un diálogo que no sabe cómo empezó pero sí adónde le llevaba.  El murmullo del vagón susurraba desde el fondo del plano. Podía oler el reflejo de su escapada. Imaginaba una huída para empezar, no de cero, pero sí desde un quiebro de sí mismo. Enrai

Las palabras se las lleva Twitter

Apenas estaba digiriendo una información -con alta carga de valor- cuando un tuit la bajó de golpe muro abajo. Intenté seguirla, pero no paraba de caer al foso; y durante el imparable descenso iba olvidando el cuerpo de la noticia que me había llamado la atención. Finalmente renuncié y volví a lo más alto del muro de nuevo, con la esperanza de leer algo interesante, entonces un hilo que sostenía al texto en extinción entró en escena. Intenté seguirlo pero poco duró su vigencia. Una vez más la gravedad de las redes sociales impuso su fuerza.  El volumen de la ansiedad de la masa social por publicar, por ser viral, por conseguir apoyo de followers, ¡por ser!, por estar, por pintar, pesa y ocupa tanto que la palabra apenas puede sostenerse. De hecho acabo de perder el hilo que me trajo hasta este texto. ¿Habré incorporado la misma gravedad y procesado de ideas? Es posible, porque ya se me está haciendo largo y empiezo a sentir ansiedad por publicarlo y que funcione por sí solo. Pesa

Idas y venidas por una mala salida

 Viéndolas venir me dieron en toda la cara. Una a una, las idas y venidas de años anteriores (y una del que entra) fueron golpeándome repetidamente hasta que pronuncié la palabra requerida: "Perdón". Las idas reclamaban un sitio concreto al que llegar; las venidas, más dimensiones. La correspondiente a 2021 era ida y estaba algo más perdida. Lo más difícil para mí fue darme cuenta de que tenía la responsabilidad de ubicarlas. Lo supe por una mala salida de otra persona hacia mí. Ésta, la mala salida, me advirtió -poco antes de abofetearme por izquierda y derecha con la mano abierta- de que debía organizarlas. ¿Cómo? pregunté. Viéndolas venir, exclamó. Así que tras pedir disculpas y tomar la firme decisión de implicarme en la búsqueda de lugares y dimensiones, todo empieza. A ver...