
Max es un tipo que aspira desde hace años, con cierto despiste, a pasar olímpicamente de si mismo. Jamás lo consigue y éste es su segundo premio consecutivo. Como para perdérselo. Sin embargo, parece que ahora lo tiene difícil, porque me ha llegado el rumor de que el viernes ha quedado con unos amigos muy dispersos para jugar a la rana (lanzar monedas a la boca de un batracio de hierro). Y Galardón asegura que tiene el pálpito de que esta vez va a ganar. La partida suele prolongarse todo el fin de semana... así que este año la Manotada de Hostias se la llevará algún otro despistado. Se admiten apuestas.
Salud!
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Sigo pensando candidatos.