Ir al contenido principal

LA ECLÉCTICA BRECHA DE GUTIÉRREZ

Me preguntó si lo quería solo o con leche y le di con el paraguas en la cabeza. Conseguí abrirle la brecha que quería y después me marché por donde me había ido siempre: Por el final del cuento que nunca acaba de momento. No se cansa de contarme este resumen de su película los terceros martes de cada mes. Lo hace en el parque del Sonado, cerca de la plaza del Letargo... a dos metros del cruce de Ciego con Pelón. ¡Bueno, qué pasa, son las coordenadas que son!

Siempre se trae una botella de licor de avellana ecléctica marca El hijoputa del iconoclasta de la peña de al lado que nunca supo na para acompañar sus historias; que siempre son inconclusas y difíciles de agarrar, pero yo escucho con atención. Gutiérrez Teclado me agarra del brazo, me habla a susurros. Es profundamente histriónico y algo estrábico. No sé cómo termina ese cuento que no termina de momento, pero siempre tiene un paraguazo y un café mitad ofensivo mitad defensivo. Es entrañable.

Lo que sí sé es el porqué de su deseo de dibujar el Mar Rojo con una brecha en la cabeza de Cuadra Petrón, el sujeto pasivo con el que arranca este post de hoy. Dice que es su forma desequilibrada de viajar a ese gran pantano al que no puede ir por estar indispuesto de por vida en este sentido. Un sentido que sólo conoce su médico de cabecera (expresión que también da para uno o más textos), Juan Jarjar Lop's. Por cierto, el paraguas le acompaña en cada estación del año.

Salud!
------
*La imagen viene de Bogotá Mojada

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Todos tenemos una brecha que recordar, un café bajo la lluvia, y un paraguas medio asesino que no osamos usar por temor a no hacer la brecha correcta...
Anónimo ha dicho que…
qué gran metáfora. Mi brecha favorita la tengo en mente y casi casi en la punta de la lengua.
Miguel Ángel Pegarz ha dicho que…
El café que no falte, ofensivo o defensivo, todo entra mejor con un cafñe; incluso los paraguazos que dejan nuestra mente al descubierto.
Hacía que no oía yo lo de médico de cabecera..!!!
El principio es Daniel Seseña más Seseña que nunca (Si, yo también lo vi de pequeño).
Genial.
Anónimo ha dicho que…
Estoy con Cybergosht, es 100% dani seseña. Muy bueno, muy tierno y surrealista, como siempre.

Un animador de animadores 3D
copifate ha dicho que…
Últimamente estoy mucho por mis paraguas y por mis parques y por mis cuentos y no puedo dar la atención debida al periodismo ficción, pero hoy se la he dado y qué quieren que les diga, aquí hay un mundo, una creación, una forma de ver las cosas. Bravo!!!
Anónimo ha dicho que…
Yo siempre sospecho de los paraguas y pongo cara de buen tiempo para intentar esquivar las brechas por venir. Maravilloso post, brechas, paraguazos, mares a los que no se viaja y esa triste indisposición de por vida.

Entradas populares de este blog

El verbo y el tren coloquial

Estación de Atocha, Madrid. Enero 2016 Esperaba subirse a un verbo que le llevara lejos. Lejos del último adjetivo que le arrastró hasta el reverso del suelo que pisaba. La mente en blanco y un mapa por recomponer, una geografía por reubicar. La frase de su amiga fue letal. Cada letra iba cargada con verdades que ni él mismo había valorado. Las comas, las pausas, los silencios y lo malditos puntos suspensivos quemaban. Así esperaba ese vehículo redentor. Inquieto, teneroso, tembloroso, entusiasta del desaliento, sabedor de sus miserias, conocedor accidental de las verdades que le dan cuerpo a la mente... ...Y en su maleta tan sólo llevaba un verso contagioso que no escribió. Un texto que recibió por azar de un sueño a través de un diálogo que no sabe cómo empezó pero sí adónde le llevaba.  El murmullo del vagón susurraba desde el fondo del plano. Podía oler el reflejo de su escapada. Imaginaba una huída para empezar, no de cero, pero sí desde un quiebro de sí mismo. Enrai

Las palabras se las lleva Twitter

Apenas estaba digiriendo una información -con alta carga de valor- cuando un tuit la bajó de golpe muro abajo. Intenté seguirla, pero no paraba de caer al foso; y durante el imparable descenso iba olvidando el cuerpo de la noticia que me había llamado la atención. Finalmente renuncié y volví a lo más alto del muro de nuevo, con la esperanza de leer algo interesante, entonces un hilo que sostenía al texto en extinción entró en escena. Intenté seguirlo pero poco duró su vigencia. Una vez más la gravedad de las redes sociales impuso su fuerza.  El volumen de la ansiedad de la masa social por publicar, por ser viral, por conseguir apoyo de followers, ¡por ser!, por estar, por pintar, pesa y ocupa tanto que la palabra apenas puede sostenerse. De hecho acabo de perder el hilo que me trajo hasta este texto. ¿Habré incorporado la misma gravedad y procesado de ideas? Es posible, porque ya se me está haciendo largo y empiezo a sentir ansiedad por publicarlo y que funcione por sí solo. Pesa

Idas y venidas por una mala salida

 Viéndolas venir me dieron en toda la cara. Una a una, las idas y venidas de años anteriores (y una del que entra) fueron golpeándome repetidamente hasta que pronuncié la palabra requerida: "Perdón". Las idas reclamaban un sitio concreto al que llegar; las venidas, más dimensiones. La correspondiente a 2021 era ida y estaba algo más perdida. Lo más difícil para mí fue darme cuenta de que tenía la responsabilidad de ubicarlas. Lo supe por una mala salida de otra persona hacia mí. Ésta, la mala salida, me advirtió -poco antes de abofetearme por izquierda y derecha con la mano abierta- de que debía organizarlas. ¿Cómo? pregunté. Viéndolas venir, exclamó. Así que tras pedir disculpas y tomar la firme decisión de implicarme en la búsqueda de lugares y dimensiones, todo empieza. A ver...