Ir al contenido principal

Cámara Abierta 2.0 EBE que EBE

Cámara Abierta 2.0 se ha pasado el fin de semana en Sevilla, cubriendo el Evento Blog 2009 -EBE, para los bloguer@-. Es la tercera vez que nos pasamos por ahí. El primer año fueron a rodar Georgina Cisquella (ex directora) y Nuria Verde (redactora); la pasada edición se lo trajeron Marta Rodríguez (directora) y César Vallejo (realizador); y este año me ha tocado a mí.

La verdad, ha merecido la pena. Dicen que han asistido 1.500 blogueros; francamente, a mí me han parecido por lo menos 1.000 más... Y no sólo estaban de tapas, desvirtualizándose y haciendo contactos, también asistían a las conferencias. Sí, sí, el auditorio ha estado siempre practicamente lleno... Salvo en algún momento concreto, apenas ha habido bostezos y pequeñas cabezadas. Y durante los premios Bitácoras … hasta la bandera y más.


Se ha hablado de emprendedores, de nativos digitales (esa nueva raza que tanto suena últimamente), de la web en tiempo real, de los datos y la controversia sobre a quién pertenecen; se han entregado los premios Bitácoras.com (una gala emocionante no, ¡lo siguiente!)... Y mucho más, pero no voy a hacer una crónica. Tenéis una información más completa en rtve.es, que para eso nuestra compañera Vanesa Rodríguez de Interactivos se ha pasado tecleando y fotografiando todo el EBE a pie de escenario. También, cómo no, en el medio oficial: La información.com.

Ha sido un placer compartir espacio e impresiones con todos: Paloma Llaneza, Chiqui de la Fuente, Laura Pintos, Raúl Ordóñez, José Luís Perdomo, Manuel Eugenio Fernández, Miguel Artime, Alibaimor, Fogonazos, Enrique Dans, Susana Alosete, Javier Peláez, Pablo Herreros, Javier F. Barrera, Koro Castellano, Ícaro Moyano, Sergio Mahugo, Los Sinfuturo, Dulce Heredia Rosa J.Cano, Delia Rodríguez, Sindo Lafuente, Borja Echevarría, Kurioso, Samuel Aguilera, Cristina Granados, Manuel Martín, Luis Rull, Fernando Tellado, Víctor Grande, Cristina Domínguez, Berto Pena, José Antonio Bautista, Gina Tost, Rafa Osuna, Fernando Tricas, Berta (todo un ejemplo que conoceréis mejor en el próximo programa), Miki, Wicho, José Daze , Bárbara Yuste, Emilio Rey, Marcos García, Rubén Sánchez, Jose A. Pérez... Y desde twitter, con Juana Talavera, Netámbulo, Macarena Rodríguez... Y tantos más que seguramente me dejo; espero que me disculpen.

Y ahora, si queréis ver el resultado de horas y horas de rodaje (junto a Mariano Villalba y Pipo Navarro y nuestra inseparable miniDV al más puro estilo Tú Ruedas de Cámara Abierta 2.0) no os perdáis el programa de mañana.

Las fotos de rtve.es

PD.: Gracias por el agasajo, los elogios y las críticas constructivas. Tomamos nota.

Salud!

Comentarios

Juana ha dicho que…
Pendientita estoy de vuestro resumén, que será genial con toda seguridad.
Espero que además de trabajar lo pasáseis bien.
Un abrazo
Jesu ha dicho que…
¡Eh! ¡Eh! ¡Cuéntame a mí también, que me apunté por toa la cara en la entrevista que te estaban haciendo! :P

Anoche no pude ver vuestro programa, pero estoy esperando a que lo subáis para ver si salgo diciendo burradas, jajajaja.

¡Un saludo, y encantado de habernos encontrado de nuevo!
Maikelnai ha dicho que…
Un placer haber hablado contigo y los Dans aquel ratito en la cafetería del hotel. Me quedo con la divertidísima anécdota de la jugarreta que te hizo tu jefa ;-) Un abrazo y a ver si nos vemos por Asturias.

Entradas populares de este blog

El verbo y el tren coloquial

Estación de Atocha, Madrid. Enero 2016 Esperaba subirse a un verbo que le llevara lejos. Lejos del último adjetivo que le arrastró hasta el reverso del suelo que pisaba. La mente en blanco y un mapa por recomponer, una geografía por reubicar. La frase de su amiga fue letal. Cada letra iba cargada con verdades que ni él mismo había valorado. Las comas, las pausas, los silencios y lo malditos puntos suspensivos quemaban. Así esperaba ese vehículo redentor. Inquieto, teneroso, tembloroso, entusiasta del desaliento, sabedor de sus miserias, conocedor accidental de las verdades que le dan cuerpo a la mente... ...Y en su maleta tan sólo llevaba un verso contagioso que no escribió. Un texto que recibió por azar de un sueño a través de un diálogo que no sabe cómo empezó pero sí adónde le llevaba.  El murmullo del vagón susurraba desde el fondo del plano. Podía oler el reflejo de su escapada. Imaginaba una huída para empezar, no de cero, pero sí desde un quiebro de sí mismo. Enrai

Idas y venidas por una mala salida

 Viéndolas venir me dieron en toda la cara. Una a una, las idas y venidas de años anteriores (y una del que entra) fueron golpeándome repetidamente hasta que pronuncié la palabra requerida: "Perdón". Las idas reclamaban un sitio concreto al que llegar; las venidas, más dimensiones. La correspondiente a 2021 era ida y estaba algo más perdida. Lo más difícil para mí fue darme cuenta de que tenía la responsabilidad de ubicarlas. Lo supe por una mala salida de otra persona hacia mí. Ésta, la mala salida, me advirtió -poco antes de abofetearme por izquierda y derecha con la mano abierta- de que debía organizarlas. ¿Cómo? pregunté. Viéndolas venir, exclamó. Así que tras pedir disculpas y tomar la firme decisión de implicarme en la búsqueda de lugares y dimensiones, todo empieza. A ver...

En tela de juicio bajo tierra

Me echan monedas... ¡hasta billetes de 10 y 50€! Voy arreglado, sólo estoy algo mareado y sentado en el suelo del metro por no poder sostenerme en pie. Soy abogado , pero no puedo pararles y decirles que no necesito su dinero. No me sale la voz. Estoy preso  en este pasillo... Bloqueado, encerrado y cubierto por aquella tela de juicio que usaba mi padre para tejer el amor hacia mi madre, la gran fiscal en estado permanente (somos 15 hermanos). La superficie de mi maletín tumbado se ha deprimido por la gravedad del dinero... Y no para de hundirse. Yo, mientras tanto, sigo sin saber qué razón inmaterial me impide levantar la cabeza y erguirme como Dios siempre me indicó. Empiezo a detestar el sonido del dinero, la caridad... No puedo defenderme de este ataque absurdo. No sé si me miran mientras tiran su circulante. ¡Nos sabéis lo que llevo en el maletín, desgraciados, no lo sabéis! ¡Con estos papeles sabríais lo fácil que me resultaría hundir vuestros culos en la miseria. Por fin co