
Se compró un libro de autoayuda, titulado Sabes qué te pasa, descubre el camino, de un tal Peter Help Freeman. No entendía nada y sólo se le ocurrían chistes. Tuvo una recaída rápida y le contó uno al pescadero, Román Resbalado. Prefiero no reproducirlo por vergüenza ajena a los hechos y por falta de memoria chistosa. Román no sólo no sonrió, sino que además le tiró un lenguado con cara de pocos amigos a la cabeza. Ese día Rodrigo tocó fondo.
Hoy, años después, me cuenta el relato y el desenlace en la tasca Mariana Boreal. Ahora se dedica al bocarte y ensayo de piscifactorías deprimidas. Aquel golpe de lenguado le abrió los ojos y el camino hacia las lagunas que tenía en la cabeza. Ahora, con su humor (originalmente mal canalizado) ayuda a mejorar la vida triste de boquerones y pececillos inadaptados al medio.
Salud!
Comentarios
Tocar fondo es mejor que tocar techo... Aunque tratándose del medio marino, se invierte esta reflexión.
Besos
P.D:y me apunto la reflexión de la Zapateta
@vimartiz ".... una vez tocado el fondo con los dos pies puedes dar un buen impulso.... " me he acordado leyendo tu relato.
SCOPIO
Dícese de un bandido de los que asaltaban para robar el dinero, a punta de pistola y con el característico pañuelo, tapandose la cara.
Eso para mi hija, era un escopio.
Otra palabra era el DESASTRERO, que seguramente era el trastero desastrao, o sea, patas arriba...jeje
Firmado: Un lenguaraz