Ir al contenido principal

ABSURDO MES DE OCTUBRE

La luna pega fuerte y el sol queda deslucido. Sin lustre. Las nubes se descojonan de risa, los pájaros bucean con esnórquel y las avispas pican mucho más en invierno. El mes de octubre termina. Ese periodo absurdo, que no se sabe muy bien de qué va; aunque al final termina por entregarse de lleno al frío. La Iglesia beatifica a sus mártires y las hojas caen por su propio peso.

Por lo demás… bien. Las calles no son lo mismo sin Casimiro. Paquito, el kioskero, vende sus periódicos con mala prensa y peor cara. Las rosas de Rosa están de huelga, ella sencillamente está como el sol, sin lustre. Casilda busca, por inercia y sin energía, reubicarse entre los que hacen cola para comprar el cupón y el abono transportes. Las setas no crecen porque saben que serán arrancadas; prefieren hacer la vista gorda ante el paso del tiempo y no crecer.

Las nubes siguen en su juerga, se mean de la risa. Nosotros debajo. El sol, blandengue, se marchita. En el parque nadie juega a la petanca. En la acera los chicles se despegan y caminan sin ayuda hacia las papeleras. Los parkímetros no sueltan prenda y nadie se explica por qué no expenden. La misa de las ocho no reúne ni a 5. Por lo demás, bien.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hoy, incluso hoy con lo que está cayendo, los hinchas del Liverpool caminan en camiseta por Madrid ensayando sus cánticos para el partido de Champions. No se han percatado de la presencia de Rosa, Paquito y Casilda, en silencio y con paraguas negros, bajo el Plátano centenario del Museo Thyssen. Están con Casimiro, que anda subido al árbol y no quiere bajar. Casimiro se ha metamorfoseado en una Clitocybe Geotropa (o seta platanera) que crece libre en la rama del árbol. Tita no está encadenada ya, y Álvaro Siza es un micólogo reconocido. A ver qué hace Gallardón, y a ver qué hace el Atleti en la Champiñons League... con la que está cayendo.
Dani Seseña ha dicho que…
Qué bueno, Zapateta. Nunca se me habría ocurrido relacionar al difunto con el Liverpool. Ni a Tita, ni a Gallardón... Gracias por tu comentario.
Nacho Hevia ha dicho que…
Y llegará noviembre con todos sus santos y aquellos que les seguirán vistiendo hasta que no les queden más prendas en sus armarios. Y vendrá la castañera ahumando los paseos y los murmullos. Y los niños chapotearán los charcos con sus catusquias llevando su esencia, para enfado de sus madres, a los descansillos de sus casas... Y noviembre se llenará de gentes que siguen en tránsito
Anónimo ha dicho que…
Muy buen blog..

saludos

enrgb.blogspot.com

Entradas populares de este blog

El verbo y el tren coloquial

Estación de Atocha, Madrid. Enero 2016 Esperaba subirse a un verbo que le llevara lejos. Lejos del último adjetivo que le arrastró hasta el reverso del suelo que pisaba. La mente en blanco y un mapa por recomponer, una geografía por reubicar. La frase de su amiga fue letal. Cada letra iba cargada con verdades que ni él mismo había valorado. Las comas, las pausas, los silencios y lo malditos puntos suspensivos quemaban. Así esperaba ese vehículo redentor. Inquieto, teneroso, tembloroso, entusiasta del desaliento, sabedor de sus miserias, conocedor accidental de las verdades que le dan cuerpo a la mente... ...Y en su maleta tan sólo llevaba un verso contagioso que no escribió. Un texto que recibió por azar de un sueño a través de un diálogo que no sabe cómo empezó pero sí adónde le llevaba.  El murmullo del vagón susurraba desde el fondo del plano. Podía oler el reflejo de su escapada. Imaginaba una huída para empezar, no de cero, pero sí desde un quiebro de sí mismo. Enrai

El Cerrojo

Abrí para pedir un café, pero una mirada (que vale 1.000 vocablos) me cerró la puerta. Esperé a que pestañeara, pero solo un párpado estaba por la labor de ceder. El otro protegía -con todo- el ojo avizor. Saqué una llave en son de paz. Dio un golpe en la mesa como respuesta. Intenté darle mi brazo al torcer. Sacó un as. Yo pinté bastos. “El cerrojo, aunque no lo creas lo llevas tú”, me dijo en tono conclusivo. Cuando miré mis manos para intentar descifrar sus palabras la camarera me sirvió un café. No entendí mucho lo sucedido, y menos cuando me giré hacia la puerta nadie miraba. Solo quedaba la mirilla, hidroalcohol y una propina. 

Idas y venidas por una mala salida

 Viéndolas venir me dieron en toda la cara. Una a una, las idas y venidas de años anteriores (y una del que entra) fueron golpeándome repetidamente hasta que pronuncié la palabra requerida: "Perdón". Las idas reclamaban un sitio concreto al que llegar; las venidas, más dimensiones. La correspondiente a 2021 era ida y estaba algo más perdida. Lo más difícil para mí fue darme cuenta de que tenía la responsabilidad de ubicarlas. Lo supe por una mala salida de otra persona hacia mí. Ésta, la mala salida, me advirtió -poco antes de abofetearme por izquierda y derecha con la mano abierta- de que debía organizarlas. ¿Cómo? pregunté. Viéndolas venir, exclamó. Así que tras pedir disculpas y tomar la firme decisión de implicarme en la búsqueda de lugares y dimensiones, todo empieza. A ver...