Sabía que no podía fallarme. Hacía, por lo menos, ya un par de semanas que no daba señales de vida… Pero su activismo… surrealista, ha podido con el silencio. En este caso, digo yo, para invitar a que demos la vuelta a las cosas más claras y transparentes. No hay más que girar un elemento para mirar qué profundidad tiene. De pronto, te llevas la sorpresa.
Alguien me sugirió/comentó que el responsable de la pegada urbano-freudiana era el mismo Casimiro. Ojalá, exclamé. Me temo que no puede ser… Entonces otro comentarista habitual de este blog –creo que fue “copifate”- me preguntó si no sería yo el propio autor. No pude evitar la carcajada. Es más, me hizo dudar… ¿Y si esto de llevar una doble vida bloguera nos sumerge en un sonambulismo ocasional e indexado?
Pero no, mi chica me habría retenido antes de una de mis supuestas escapadas surreales. Hubo un día que estuve cerca de pillarle in fraganti… La cara de Sigmund rezumaba pegamento y se había despegado gracias al aguerrido viento que no dejaba de soplar. Estaba en el reverso tenebroso de uno de los chirimbolos publicitarios gigantes que Gallardón nos ha regalado a los madrileños. Se me escapó por poco…
Reconozco una cosa, doctor… Ya no quiero averiguar su identidad. Prefiero seguir “las migas” que va dejando en el camino. Bastante tengo con la mía, mi identidad. O no. ¿Doctor?
Salud.
Alguien me sugirió/comentó que el responsable de la pegada urbano-freudiana era el mismo Casimiro. Ojalá, exclamé. Me temo que no puede ser… Entonces otro comentarista habitual de este blog –creo que fue “copifate”- me preguntó si no sería yo el propio autor. No pude evitar la carcajada. Es más, me hizo dudar… ¿Y si esto de llevar una doble vida bloguera nos sumerge en un sonambulismo ocasional e indexado?
Pero no, mi chica me habría retenido antes de una de mis supuestas escapadas surreales. Hubo un día que estuve cerca de pillarle in fraganti… La cara de Sigmund rezumaba pegamento y se había despegado gracias al aguerrido viento que no dejaba de soplar. Estaba en el reverso tenebroso de uno de los chirimbolos publicitarios gigantes que Gallardón nos ha regalado a los madrileños. Se me escapó por poco…
Reconozco una cosa, doctor… Ya no quiero averiguar su identidad. Prefiero seguir “las migas” que va dejando en el camino. Bastante tengo con la mía, mi identidad. O no. ¿Doctor?
Salud.
Comentarios
Abrazos para Helda, Capitán!
un abrazo.
Al Capi Hook le veo animado y me alegro, no están los tiempos para ayudar a la realidad. Se basta sola.
A Sánchez Postigo me gustaría preguntarle lo de GA y AG y decirle que Madrid no es de ellos dos sino de todos los que estamos a gusto en Madrid.
Para terminar, a nuestros efectos el pegador es Daniel porque él nos lo ha descubierto.