Pero en esta ocasión, Casimiro viajaba en metro con un Mp3 –el Ipod lo había dejado en casa-. Se apartó el auricular derecho para tratar de escuchar, con cierto disimulo y frunciendo el ceño, una conversación entre dos treintañeros. Le llamó la atención los gestos de desesperación de uno de ellos en contraposición con el temple del otro. Puso la ojera y descubrió que a pesar de que hablaban español como él, no entendía nada de lo que decían... Así que puso a grabar sonido ambiente con su Mp3. El resultado fue éste:
-Va, tío, méteme en tu feevy. Tírate el rollo.
-Es que no das el perfil
-Mira, me paso todo el día twitteando, escribo sin parar, estoy facebook, en Plurk…
-Lo sé, ser plumero no basta… tu blog no indexa bien.
-Pero si lo comparto todo y no paro de menear mis post
-No insistas, te faltan comentarios y entradas
-…
-No tengas prisa, puedes ir haciendo blogging y dándole al microblogging. El tiempo lo dirá.
-Pero…
-Ni peros ni nada. Enlaza, enlaza y piensa en lo que escribes.
Paquito el kioskero se encogió de hombros cuando lo escuchó. Casimiro quiso compartir su grabación con él, porque Paquito está al día de todo. Pero en esta ocasión no pudo ayudarle. Después, ambos se quedaron a cuadros cuando el nieto de Casilda, la vecina estrafalaria, que lo había escuchado todo empezó a reír y a cantar: vosotros si que no indexáis. Jajajajaja. ¡Vosotros si que no indexáis!
Ha pasado una semana. Esta mañana me he cruzado con Casimiro y no me ha saludado. Estaba muy ocupado caminando y twitteando con su nueva Blackberry... Y seguía hablando solo.
Comentarios
Salud!
Genialmente narrado, Daniel.
El paseo que estoy haciendo por tu blog es de lo más agradable.
Un saludo!
Capitán, te lo traduzco en dos líneas(según Casimiro, que el tio se ha puesto las pilas):
-Eh, tio, déjame ser amigo vuestro.
-No, eres un pringadillo.
Más o menos.
¿Como le hubiera sentido a Casimiro, que tú Daniel, le hubieras grabado una conversación?
Saludos.
Me alegro de que te decantes por la ternura... Se lo merece el hombre. Es un crak!