Juan (un lector y habitual comentarista de este blog) se dirigía a su casa y en el portal se encontró con la estampa que veis en la imagen. Lo que más me enorgullece es que lo primero –me comenta- que pensó fue en hacer una foto para Mistervértigo. Después… digirió lo que tenía antes sus ojos. Si alguien se hubiera propuesto buscar una composición semejante, no le habría salido mejor.
Un inodoro al límite de la legalidad. Al límite porque está aparcado a escasos centímetros de la señal (carga y descarga en días laborables). Se salva también porque el autor ha estacionado su ‘vehículo’ más allá de las 20 horas (hora límite). Para qué nos vamos a engañar, parece un abandono en toda regla. Ya me manifesté en este sentido hace unos meses con un post titulado: EL ARTE (Y DECORO) DEL ABANDONO
Pero: ¿Y si no lo han abandonado? ¿Y si ha decidido escapar de sus tuberías opresoras? En este sentido es posible que nuestro trono esté confuso. Si observamos la imagen, vemos que se encuentra entre dos vehículos, pero al mismo tiempo permanece subido a la acera.
Me recuerda a cuando de pequeños nos animan a mirar ambos lados de la carretera antes de cruzar. También pienso en esos dueños de perros que recogen la hez canina de turno y la dejan con la bolsita en el mismo sitio. ¿Os imagináis la versión humana de este fenómeno?
Espero vuestras teorías. Hay una cosa que está clara, el autor de nuestro objeto representa un ejemplo de civismo. Alguien cercano asegura que es un gañán. Yo creo que es un iconoclasta moderno que ha querido invitarnos, con su performance, a mirar el mundo desde una perspectiva adversa.
¿Salud?
Un inodoro al límite de la legalidad. Al límite porque está aparcado a escasos centímetros de la señal (carga y descarga en días laborables). Se salva también porque el autor ha estacionado su ‘vehículo’ más allá de las 20 horas (hora límite). Para qué nos vamos a engañar, parece un abandono en toda regla. Ya me manifesté en este sentido hace unos meses con un post titulado: EL ARTE (Y DECORO) DEL ABANDONO
Pero: ¿Y si no lo han abandonado? ¿Y si ha decidido escapar de sus tuberías opresoras? En este sentido es posible que nuestro trono esté confuso. Si observamos la imagen, vemos que se encuentra entre dos vehículos, pero al mismo tiempo permanece subido a la acera.
Me recuerda a cuando de pequeños nos animan a mirar ambos lados de la carretera antes de cruzar. También pienso en esos dueños de perros que recogen la hez canina de turno y la dejan con la bolsita en el mismo sitio. ¿Os imagináis la versión humana de este fenómeno?
Espero vuestras teorías. Hay una cosa que está clara, el autor de nuestro objeto representa un ejemplo de civismo. Alguien cercano asegura que es un gañán. Yo creo que es un iconoclasta moderno que ha querido invitarnos, con su performance, a mirar el mundo desde una perspectiva adversa.
¿Salud?
* Ya lo hice, pero insisto: recomiendo visitar la galería reflexiva de mi amigo Mellizo. Un hallazgo catártico.
Comentarios
A mi me parece estupendo lo que se ve y lo que se lee hoy aquí, asi que gracias Daniel.
Creo que el Trono está esperando para cruzar la calle.
Eva
Por cierto, por las trazas, el barrio de la foto parece bueno: ¿y si han puesto el inodoro para los animales de compañía?
Genial también el Angel caido y otras ciencias, ¿que no?
Un abrazo
Salud!
Yo creo que lo ha puesto uno de nuestros artistas callejeros anónimos. Me explico... El sentido es más complejo de lo que se ve en la foto. Si nuestro Juan se hubiese asomado allá donde sólo el "caganet" se asoma, hubiera visto escrito en el interior del inodoro la palabra "Ánimo". Y, es que, con estos fríos, no hay orificio que desee abrirse.
No lo había visto así, Zapateta. Jajaja. Qué bueno!
J.
Un saludo, J. Y gracias por seguir este blog.