
Son amigos de la infancia y se han reencontrado con Japón Soriano (el cuarto de la pandilla) gracias a Facebook. Cada año se reúnen y congregan a las amistades desperdigadas por ahí. No escatiman y nunca les sale un mal plan. La jornada suele empezar a la hora de la comida para terminar de madrugada. Y este año va seguir la misma estructura, pero con la novedad de que todos los asistentes tendrán que disfrazarse.
Lo han pensado exclusivamente para Japón. Quieren que supere su fobia al disfraz. Así que se lo han hecho saber, con su inevitable mala respuesta a priori. Pero con un poco de argumentos sentimentales, otro poco de referencias a los tiempos dorados de la adolescencia –no menos sentimentales- y un enfático ¡No puedes faltar! Japón es convencido.
¿De qué me disfrazo, Berta? No sé, Japo… ¿Quieres ir a lo expresionista, a lo sutil, a lo barroco, a lo gore? ¿Gore? No me hables de gore, creo que aún me quedan rescoldos traumáticos. Bueno, pues te sugiero que vayas en bolas. ¿Estás loca? Tú eres un tío transparente, haz gala de ello, exhíbelo. Mmmmm Claro, mira, no estás mal, tienes una buena… No sigas. Insisto, no estás mal y no tienes nada que ocultar. Eso lo haría si quisiera provocar y no es el caso…
Martín, Javier y Ricardo no tienen mala intención alguna. Quieren reencontrarse y piensan que disfrazarse es una buena forma de romper la escarcha acumulada con los años de “separación”. No hay temática, cada uno puede ir de lo que quiera, incluso de lo que uno no es. Dicen que el disfraz que uno elige siempre tiene algo de uno. Sin embargo, no pueden evitar especular con la indumentaria que llevará Japón.
Ya lo sé, Berta. A ver…
con amigos y/o familia estos días alegres. Los cotillones, gorritos, matasuegras… siempre tan presentes, han de quedar
Continuará...
Comentarios
Creo que la mejor forma de olvidar vergüenzas,fustraciones y complejos,es enfrentarse a ellos.
Muy bien por sus amigos.
Un saludo.