(Viene del post anterior)
...El resto de los invitados llaman a Martín, Javier y Ricardo para preguntar si hay alguna línea. Parece que nadie quiere hacer el ridículo, pasarse o quedarse corto en sus intenciones.
Llega la fiesta, es en el chalet de Ricardo en Arturo Soria (Madrid). Van llegando. Una gallina Caponata, detectives varios, un bombero torero, uno compuesto (tres amigos como código de barras), no falta el punki el yonki con chándal, la puta, tampoco Batman o Dart Vader… y siempre están las de época. Ricardo, Javier y Martín forman el código de barras. Pero Japón se hace esperar.
Son las 15 horas y no llega. Comienzan a comer pensando que finalmente se ha rajado. Llaman a la puerta y aparece un travesti. ¡¡¡Japón!!! Le abrazan, le besan, le levantas en volandas… Pero no es Japón, sino Justino Pelillo. ¡Coño, Justino! Qué bueno, cómo te lo has currado. Javier, que es bastante bruto en sus modales le agarra del paquete para hacer la gracia… Se le queda la cara pálida cuando no hay bulto. Justino es Justina y de verdad.
En ese momento entra por la puerta Japón disfrazado de Michael Jackson. Todos le miran con simpatía. Le abrazan, Justina también. Y ésta le susurra al oído: Pareces un zombie. Le da un beso, le guiña un ojo y Japón le devuelve una sonrisa. El círculo se ha cerrado.
Salud!
Llega la fiesta, es en el chalet de Ricardo en Arturo Soria (Madrid). Van llegando. Una gallina Caponata, detectives varios, un bombero torero, uno compuesto (tres amigos como código de barras), no falta el punki el yonki con chándal, la puta, tampoco Batman o Dart Vader… y siempre están las de época. Ricardo, Javier y Martín forman el código de barras. Pero Japón se hace esperar.
Son las 15 horas y no llega. Comienzan a comer pensando que finalmente se ha rajado. Llaman a la puerta y aparece un travesti. ¡¡¡Japón!!! Le abrazan, le besan, le levantas en volandas… Pero no es Japón, sino Justino Pelillo. ¡Coño, Justino! Qué bueno, cómo te lo has currado. Javier, que es bastante bruto en sus modales le agarra del paquete para hacer la gracia… Se le queda la cara pálida cuando no hay bulto. Justino es Justina y de verdad.
En ese momento entra por la puerta Japón disfrazado de Michael Jackson. Todos le miran con simpatía. Le abrazan, Justina también. Y ésta le susurra al oído: Pareces un zombie. Le da un beso, le guiña un ojo y Japón le devuelve una sonrisa. El círculo se ha cerrado.
Salud!
Comentarios