Ir al contenido principal

DUDAS

¿Puede explicarme alguien de dónde viene la expresión "pagar el pato"? No he encontrado ningún argumento convincente; puede que no haya buscado lo suficiente... No me lo quito de la cabeza. Me escribe mi amigo Jrof Günter para decirme que le pasa lo mismo pero con la palabra "polvo"... ¿De dónde viene? Y le contesto: Me da a mí que tiene que ver con aquello de polvo venimos y en polvo nos convertiremos... En fin, dudas.

Pero ayer, escuchando a Juan José Millás en la SER, me di cuenta de otra duda más actual y que por lo visto todos tenemos pero nadie pregunta ni nadie explica. Y es ¿cuál sería la victoria real del político que meta a su persona de confianza al mando de CajaMadrid? ¿Cuál es el beneficio real? Todos lo damos por hecho, pero cuál es en realidad. Como decía... en fin, Dudas. A ver quién paga el pato.

Salud!

Comentarios

capitán garfio ha dicho que…
A mi me da que viene de la caza,no hacerme mucho caso,pero a mi me ha dado por ahí....
Juana ha dicho que…
Me has sumido en una duda existencial, no se yo si podré dormir ...... "pato", "polvo" .... a lo mejor es la "p" ....
copifate ha dicho que…
Salir de dudas y entrar en confirmación.
Buen artículo, por cierto, de Millás ayer jueves en El País.
Miguel Ángel Pegarz ha dicho que…
Si se dedicaran al pato a la naranja en vez de a politizar las entidades financieras.... No aprenden

Entradas populares de este blog

El verbo y el tren coloquial

Estación de Atocha, Madrid. Enero 2016 Esperaba subirse a un verbo que le llevara lejos. Lejos del último adjetivo que le arrastró hasta el reverso del suelo que pisaba. La mente en blanco y un mapa por recomponer, una geografía por reubicar. La frase de su amiga fue letal. Cada letra iba cargada con verdades que ni él mismo había valorado. Las comas, las pausas, los silencios y lo malditos puntos suspensivos quemaban. Así esperaba ese vehículo redentor. Inquieto, teneroso, tembloroso, entusiasta del desaliento, sabedor de sus miserias, conocedor accidental de las verdades que le dan cuerpo a la mente... ...Y en su maleta tan sólo llevaba un verso contagioso que no escribió. Un texto que recibió por azar de un sueño a través de un diálogo que no sabe cómo empezó pero sí adónde le llevaba.  El murmullo del vagón susurraba desde el fondo del plano. Podía oler el reflejo de su escapada. Imaginaba una huída para empezar, no de cero, pero sí desde un quiebro de sí mismo. Enrai

Idas y venidas por una mala salida

 Viéndolas venir me dieron en toda la cara. Una a una, las idas y venidas de años anteriores (y una del que entra) fueron golpeándome repetidamente hasta que pronuncié la palabra requerida: "Perdón". Las idas reclamaban un sitio concreto al que llegar; las venidas, más dimensiones. La correspondiente a 2021 era ida y estaba algo más perdida. Lo más difícil para mí fue darme cuenta de que tenía la responsabilidad de ubicarlas. Lo supe por una mala salida de otra persona hacia mí. Ésta, la mala salida, me advirtió -poco antes de abofetearme por izquierda y derecha con la mano abierta- de que debía organizarlas. ¿Cómo? pregunté. Viéndolas venir, exclamó. Así que tras pedir disculpas y tomar la firme decisión de implicarme en la búsqueda de lugares y dimensiones, todo empieza. A ver...

En tela de juicio bajo tierra

Me echan monedas... ¡hasta billetes de 10 y 50€! Voy arreglado, sólo estoy algo mareado y sentado en el suelo del metro por no poder sostenerme en pie. Soy abogado , pero no puedo pararles y decirles que no necesito su dinero. No me sale la voz. Estoy preso  en este pasillo... Bloqueado, encerrado y cubierto por aquella tela de juicio que usaba mi padre para tejer el amor hacia mi madre, la gran fiscal en estado permanente (somos 15 hermanos). La superficie de mi maletín tumbado se ha deprimido por la gravedad del dinero... Y no para de hundirse. Yo, mientras tanto, sigo sin saber qué razón inmaterial me impide levantar la cabeza y erguirme como Dios siempre me indicó. Empiezo a detestar el sonido del dinero, la caridad... No puedo defenderme de este ataque absurdo. No sé si me miran mientras tiran su circulante. ¡Nos sabéis lo que llevo en el maletín, desgraciados, no lo sabéis! ¡Con estos papeles sabríais lo fácil que me resultaría hundir vuestros culos en la miseria. Por fin co