Ir al contenido principal

MENOSCABO Y LA POLÍTICA DE ALZADA

Cuando decidió cagarse en todo y en todos ya era tarde. El cielo se había encapotado y a su prima Nicaragua Saludios le había dado un espasmo repentino que la dejó colapsada. Su familia más directa había desaparecido en uno de esos 'triángulos de las Bermudas' que hay repartidos por el Globo. Concretamente en Baleares. Lo llaman el Triángulo del silencio. Su mascota, un caracol con vistas al mar (se lo trajo de Croacia), llamado Sir Richard está depre y con síntomas gripales. La relación de Álvaro Menoscabo con los moluscos de la antigua Yugoslavia no es buena, pero peor aún es su lista de actos fallidos, errores y despropósitos.

GIRO a Castrunteriza

Álvaro Menoscabo es de los que caen por su propio peso... encima de los errores cometidos, pero también es de los que votan a Mano Alzada; y esto tiene algo de redención para consigo mismo. Mano Alzada no es un tipo simpático, al contrario, es rudo como pocos; borde y cínico. A cambio sus políticas son las más ingeniosas y constructivas que Castrunteriza jamás ha conocido. No goza de la popularidad suficiente para gobernar, algo que va a cambiar gracias a Álvaro. Errores y mal carácter se unen por tanto para trabajar por un bien común.

No sé cómo termina esta pequeña y extraña historia, francamente, pero sí sé que Nicaragua está mejor de lo suyo y Sir Richard ha decidido reptar hasta un diván. De la familia directa no sabemos nada... sigue desaparecida. La legislatura de ambos marcará el porvenir del sentido común en Castrunteriza. Y es que al final, votos y muertos van al mismo lugar: la urna.

Comentarios

Miguel Ángel Pegarz ha dicho que…
Yo voy a animar a Sir Richard a que se presente como alternativa. Me un caracol depresivo me parece mejor opción que la clase política.
La Zapateta ha dicho que…
Obviando el giro a Castrunteriza, que es harina de otro Costal (Pedro Costal), me parece que la historia del caracol eslavo con vistas al mar es envidiable. Un estornudo de caracol col col con los cuernos al sol libera más energía que la fusión nuclear, y produce más moco del normal. Los de la "Baba de Caracol" ya se están frotando las manos...

Entradas populares de este blog

El verbo y el tren coloquial

Estación de Atocha, Madrid. Enero 2016 Esperaba subirse a un verbo que le llevara lejos. Lejos del último adjetivo que le arrastró hasta el reverso del suelo que pisaba. La mente en blanco y un mapa por recomponer, una geografía por reubicar. La frase de su amiga fue letal. Cada letra iba cargada con verdades que ni él mismo había valorado. Las comas, las pausas, los silencios y lo malditos puntos suspensivos quemaban. Así esperaba ese vehículo redentor. Inquieto, teneroso, tembloroso, entusiasta del desaliento, sabedor de sus miserias, conocedor accidental de las verdades que le dan cuerpo a la mente... ...Y en su maleta tan sólo llevaba un verso contagioso que no escribió. Un texto que recibió por azar de un sueño a través de un diálogo que no sabe cómo empezó pero sí adónde le llevaba.  El murmullo del vagón susurraba desde el fondo del plano. Podía oler el reflejo de su escapada. Imaginaba una huída para empezar, no de cero, pero sí desde un quiebro de sí mismo. Enrai

Idas y venidas por una mala salida

 Viéndolas venir me dieron en toda la cara. Una a una, las idas y venidas de años anteriores (y una del que entra) fueron golpeándome repetidamente hasta que pronuncié la palabra requerida: "Perdón". Las idas reclamaban un sitio concreto al que llegar; las venidas, más dimensiones. La correspondiente a 2021 era ida y estaba algo más perdida. Lo más difícil para mí fue darme cuenta de que tenía la responsabilidad de ubicarlas. Lo supe por una mala salida de otra persona hacia mí. Ésta, la mala salida, me advirtió -poco antes de abofetearme por izquierda y derecha con la mano abierta- de que debía organizarlas. ¿Cómo? pregunté. Viéndolas venir, exclamó. Así que tras pedir disculpas y tomar la firme decisión de implicarme en la búsqueda de lugares y dimensiones, todo empieza. A ver...

En tela de juicio bajo tierra

Me echan monedas... ¡hasta billetes de 10 y 50€! Voy arreglado, sólo estoy algo mareado y sentado en el suelo del metro por no poder sostenerme en pie. Soy abogado , pero no puedo pararles y decirles que no necesito su dinero. No me sale la voz. Estoy preso  en este pasillo... Bloqueado, encerrado y cubierto por aquella tela de juicio que usaba mi padre para tejer el amor hacia mi madre, la gran fiscal en estado permanente (somos 15 hermanos). La superficie de mi maletín tumbado se ha deprimido por la gravedad del dinero... Y no para de hundirse. Yo, mientras tanto, sigo sin saber qué razón inmaterial me impide levantar la cabeza y erguirme como Dios siempre me indicó. Empiezo a detestar el sonido del dinero, la caridad... No puedo defenderme de este ataque absurdo. No sé si me miran mientras tiran su circulante. ¡Nos sabéis lo que llevo en el maletín, desgraciados, no lo sabéis! ¡Con estos papeles sabríais lo fácil que me resultaría hundir vuestros culos en la miseria. Por fin co