Lo ha dejado todo, o sea su carrito de la basura, para perderse del todo en París. Argumenta que allí está su vida. Madrid le agota por lo poco olímpico que es; y aunque París nunca ha sido olímpico, está olímpicamente por encima de Madrid. Rodolfo quiere huír del pistacho que le envuelve así como de la confusión que le quema por dentro. Está decidido a cortarse el pelo y dejar atrás, para siempre, esa imagen de Queen trasnochado con escoba oficial en mano.
Jamás ha pisado tierra gala, pero un tipo llamado Justo San Juan acompañado de un señor muy bajito detrás que hacía de haz de luz se le apareció en un sueño muy real la noche pasada para darle una serie de consejos. Por ejemplo, debía: hacer 50 reflexiones y 121 abdominales en suelo vasco-francés; pensar en vano y dibujar lo que apareciera en su mente; juntar los tobillos y recitar al menos dos diálogos de Casablanca... Al abrir los ojos lo tenía claro-oscuro. Y fue a mitad de mañana cuando se despejaron sus dudas. La foto recoge ese momento.
Ahora está en Barajas, sentado, pensativo, con los calcetines blancos rotos y un kleenex color camuflaje asomando por el bolsillo paralelo a la rodilla. Piensa en su difunta rana Berta y en su Nancy tuneada; se acuerda de los recuerdos nunca recordados y en los que siempre tiene en mente; no se olvida de las putadas que Lacia, su hermana mayor, le hacía desde que se levantaba hasta la hora de dormir. Anuncian su vuelo, embarca y listo... Rumbo a una nueva vida.
Al día siguiente vuelve, sus padres piensan que es para pedir perdón y seguir con su vida de pistacho y basura... Pero no, vuelve porque se ha dejado su amuleto de la muerte, esto es el manual de primeros aullidos. Y es que lo ha decidido a mitad de periplo: Quiere ser el nuevo lobo hombre de Saint-Denis.
Salud!
Jamás ha pisado tierra gala, pero un tipo llamado Justo San Juan acompañado de un señor muy bajito detrás que hacía de haz de luz se le apareció en un sueño muy real la noche pasada para darle una serie de consejos. Por ejemplo, debía: hacer 50 reflexiones y 121 abdominales en suelo vasco-francés; pensar en vano y dibujar lo que apareciera en su mente; juntar los tobillos y recitar al menos dos diálogos de Casablanca... Al abrir los ojos lo tenía claro-oscuro. Y fue a mitad de mañana cuando se despejaron sus dudas. La foto recoge ese momento.
Ahora está en Barajas, sentado, pensativo, con los calcetines blancos rotos y un kleenex color camuflaje asomando por el bolsillo paralelo a la rodilla. Piensa en su difunta rana Berta y en su Nancy tuneada; se acuerda de los recuerdos nunca recordados y en los que siempre tiene en mente; no se olvida de las putadas que Lacia, su hermana mayor, le hacía desde que se levantaba hasta la hora de dormir. Anuncian su vuelo, embarca y listo... Rumbo a una nueva vida.
Al día siguiente vuelve, sus padres piensan que es para pedir perdón y seguir con su vida de pistacho y basura... Pero no, vuelve porque se ha dejado su amuleto de la muerte, esto es el manual de primeros aullidos. Y es que lo ha decidido a mitad de periplo: Quiere ser el nuevo lobo hombre de Saint-Denis.
Salud!
Comentarios
Tal vez hoy no, puede que mañana tampoco, pero sucederá algún día.
"Te dije que no volvería a dejarte.
No lo harás. Yo también tengo una misión, a donde voy no puedes seguirme, lo que he de hacer no puedes compartirlo. No pretendo hacerme el altruista, pero comprende que los problemas de tres personas no importan gran cosa en este enloquecido mundo. Algún día lo comprenderás. (ILSA COMIENZA A LLORAR). ¡Oh, vamos!, ¡ánimo! Te deseo suerte.
Fdo:confesiones tras la escoba
(Me estoy buscando un buen vano para ponerme a pensar)
Gracias pues y hasta mañana
Eva